A
nte una sala abarrotada en La Casa Bardín, sede del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, el 21 de julio de 2014 tuvo lugar la presentación del libro ‘La Plaza de Gabriel Miró, testigo de mi vida‘, de Araceli Martínez Pineda.
La autora, una incansable defensora de la recuperación de tan bello y singular rincón alicantino, estuvo acompañada por la presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, junto a la catedrática de Lingüística de la Universidad de Alicante, Carmen Cortés, y la directora de publicaciones del Gil Albert, Rosa Mª Monzó Seva, que ocupó el lugar del director del IAC, José Luis Ferris, quien no pudo asistir a causa de un accidente de tráfico unas horas antes.
En palabras de Pastor, «Araceli Martínez ha hecho un trabajo entrañable de uno de los emplazamientos más singulares de Alicante y el mayor mérito de su obra reside en el extremo mimo que ha empleado para esa recopilación». «El libro es fruto de años de trabajo y presenta una extensa recopilación de artículos de prensa, acompañados de una extraordinaria colección de imágenes, tanto de los jardines como de la fuente y los edificios que rodean la plaza, entre los que se encuentra la sede de Correos, un magnífico edificio modernista», destacó la presidenta de la Diputación.
Se puede admirar la bellísima fuente de La Aguadora, obra del alicantino Vicente Bañuls en 1918, o el Monumento a Gabriel Miró
Por su parte, Monzó quiso aludir a las palabras escritas por el director del Gil Albert, Ferris, con motivo de la presentación del libro, que señalan que «este volumen nos acerca a las celebraciones religiosas y las manifestaciones culturales que tuvieron lugar bajo los árboles centenarios de la plaza, con un interesante soporte gráfico».
El Instituto Gil-Albert ha editado este volumen dedicado a preservar en la memoria uno de los rincones más queridos de Alicante. La propia autora, Araceli Martínez Pineda, explicó que en su origen era conocida como la Plaza de las Barcas, porque hasta ella podían llegar las embarcaciones; posteriormente fue denominada Plaza de Isabel II; y finalmente bautizada con su nombre actual, en memoria del escritor Gabriel Miró, hijo ilustre de la ciudad.
Entre sus elementos destacan viejos olmos que superan los 150 años, varios ficus centenarios -uno de ellos considerado por los expertos como el más antiguo de España- que hablan por sí solos de la historia de esta plaza, donde también se puede admirar la bellísima fuente de La Aguadora, obra del alicantino Vicente Bañuls en 1918, o el Monumento a Gabriel Miró. De hecho, Martínez asegura que con este libro ha querido rendir «un homenaje a todo lo destacable de la plaza», sus comercios, fiestas populares y, sobre todo, sus gentes.
Entre los comercios de la época que ella ha vivido en el entorno, se encuentran reflejados en la obra ‘La bola de oro’, ‘Lotería El Negrito’, ‘El carrito de Juanita’, ‘Agencia Martínez’…, unas menciones que despertaron los murmullos del público y más de una emoción por lo que fue y de lo que ya sólo queda el recuerdo. Precisamente, el principal valor de este libro, según Luisa Pastor, reside en que éste atesora una parte importante de la memoria histórica de Alicante.
La autora no quiso ahondar en los malos momentos que ha vivido la Plaza, como cuando empezó su degradación en torno a 1983, con la llegada de la prostitución y las drogas -una lucha que tras muchos años dio sus frutos hasta recuperar su actual esplendor-, sino que quiso centrarse en todo lo bueno que allí ha ocurrido, aunque ella, en su vida privada, siga con su empeño de alcanzar otras mejoras para su querida Plaza Gabriel Miró.