Diario de un profesor de Filosofía (1989-2023), Edicions Forment, es el elocuente título del libro escrito por Francisco Huertas Hernández (París, 1963), profesor de esta -crucial, aunque en ocasiones denostada- materia, ahora jubilado, que reúne en poco más de 200 páginas un itinerario docente de 33 años.
Tal como cuenta el propio autor: “Por supuesto, que no se detallan prolijamente los cursos y las clases, porque el acto de escribir, o de recordar, necesariamente sintetiza y poetiza los acontecimientos. Con la ayuda de cuadernos antiguos y del Blog Acorazado Cinéfilo se ha reconstruido una narración vital: las clases reales que sucedieron y se transcribieron inmediatamente conviven con una meditación creciente sobre la educación, la cultura, la libertad, el tiempo y la infancia”.
Huertas no ha pretendido escribir un libro de filosofía, y, mucho menos, académico, pues los capítulos son breves y las ideas están expuestas, más que desarrolladas. Las citas de filósofos, poetas, las canciones y las películas que desfilan por la obra, son parte de la reflexión y la contemplación de un mundo en el que el autor sigue confiando en que la tarea del enseñante es transmitir amor, amor por la cultura, que engloba la filosofía, el arte y la ciencia, es decir, la vida.
Aprender a pensar es un despertar de la indiferencia y la rutina, y la cultura ejerce esa fuerza si se siembra en el alma atenta y entusiasmada del estudiante. Entender la realidad, y a uno mismo, lejos de ser tarea de otros, es nuestra forma de humanizarnos, y en ese camino recibimos el testigo de las grandes aportaciones de la cultura humana, que reviven en cada nuevo alumno».
«Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023) no es un libro más, ni menos, ni es único ni general: soy yo. Y un yo-profesor es cualquier profesor en lo esencial. Lo universal de la lucha por la vida, la decepción del correr de los años y las ilusiones, el eterno diálogo y conflicto entre maestro y alumno; todo ello es parte de cada yo-docente. Pero también hay unas diferencias existenciales, ésas que constituyen el temperamento, el carácter, el estar en un tiempo, en un lugar, con diferentes personas, unos sueños que se deshacen al salir del aula, o se subliman en la clase cuando voces jóvenes, inocentes, insolentes, audaces, sin formar, apuntan intuiciones inauditas desde vivencias cotidianas…”, señala el autor.
Javier Merino afirma:
«Amigos lectores, en este libro encontrarán la historia real de un hombre y su oficio. Publicar un diario no es algo común; se necesita valentía o inconsciencia. Cuando era estudiante, me preguntaba cómo sería la vida de un profesor fuera del aula. Este libro responde a esa pregunta. Tanto alumnos como profesores se sentirán identificados con las anécdotas, recuerdos y reflexiones que contiene. Lo que el autor vivió lo sentiremos como propio.
Conozco a Francisco desde hace años. Es una persona tímida, seria, reflexiva y apasionada. Este libro refleja su melancolía, su crítica implacable, su ironía y ternura al hablar sobre su profesión y sus queridos alumnos. Si lo escuchan atentamente, quizás vuelvan a sus años escolares».