José Luis Quiles, un ilicitano de espíritu aventurero que un día lo dejó todo para ver mundo y vivirlo intensamente, se ha marcado un nuevo reto en su trayectoria vital: navegar en solitario en su kayak por el Mediterráneo desde la localidad granadina de Motril hasta la ciudad de Valencia. ‘Horizonte Mediterránea’ es el nombre de su aventura, con la que recorrerá 700 kilómetros desde el 1 de septiembre haciendo parada en diversas poblaciones costeras de las provincias de Granada, Almería, Murcia, Alicante y Valencia.

Con el fin de conocer qué le mueve a emprender esta singular travesía, llena de belleza y emoción y no exenta de dificultad, así como lo que extrae de este tipo de experiencias tan alejadas de lo convencional, mantuvimos una entrevista con José Luis Quiles.

¿Qué te propones con el reto “Horizonte mediterránea”?

Quiero demostrar que personas comunes pueden alcanzar cosas increíbles. No me considero una persona excepcionalmente capaz, pero sí con la curiosidad y valentía de afrontar nuevos retos con mucha diligencia, y es de eso de lo que va todo esto, de decirle a la gente: “Mirad qué cosas más bonitas se pueden hacer en la vida, ¿a qué estáis esperando para hacer las vuestras?”.

¿Cuánto tiempo vas a remar cada día y cuánto tiempo calculas que te llevará la travesía?

El tiempo va a ser una parte fundamental de la ruta, y con esto me refiero al tiempo meteorológico, claro. En un día ideal, espero remar entre 8 y 10 horas, pero veremos cómo está el mar. A medida que me acerque a octubre el tiempo va a ir cambiando y es más que probable que haya días que no pueda dar dos paladas seguidas y tenga que quedarme en tierra. Gajes del oficio. Firmaría una distancia de 20-25 kilómetros diarios, pero voy a tener que ir sobre la marcha. Para una persona como yo que viene del mundo de la montaña donde se camina (casi) haga el tiempo que haga, esto es algo nuevo. El mar hay que tomárselo muy en serio. Así que, a este ritmo y calculando unos siete u ocho días en tierra por mal tiempo y descanso, 35 sería todo un logro.

José Luis Quiles afronta el reto de recorrer parte de la costa mediterránea en kayak: “La vida es algo maravilloso y efímero que hay que aprovechar" en DEPORTE
José Luis Quiles en su tienda de campaña

Si alguno de los días el tiempo no acompaña, ¿prevés esperar a que las aguas se calmen?

Bueno, lo del mal tiempo es algo relativo. Esperaré a que las aguas se calmen cuando las vea completamente impracticables, tengo unos límites de viento que no quiero cruzar. Aquí va a jugar un papel muy importante la orografía de la costa. Cuando bordeas playas, siempre se está mucho más tranquilo que cuando tienes varios kilómetros de acantilados delante de ti. Esas van a ser las partes más críticas de todo el recorrido y a las que tendré que prestar especial atención cuando haya mal tiempo.

¿Cómo sufragas este viaje?

Lo sufrago yo mismo. Ahora mismo trabajo en Islandia en el almacén de un supermercado. He intentado contactar con algunas pequeñas y grandes empresas para hacer algún tipo de colaboración de carácter no económico, pero en general, es complicado llegar a acuerdos. Muchas lo quieren absolutamente todo sin dar demasiado a cambio. Lo entiendo, al final del día, cada uno barre para casa y yo soy un vendedor horrendo. Casi prefiero pagarlo yo y tomármelo como unas vacaciones de esas que te marcan la vida. Ya tendré tiempo para los cruceros cuando me jubile.

José Luis Quiles afronta el reto de recorrer parte de la costa mediterránea en kayak: “La vida es algo maravilloso y efímero que hay que aprovechar" en DEPORTE
José Luis Quiles en plena ruta por la  naturaleza

La travesía parte de Motril y culmina en Valencia, ¿por qué escogiste estos puntos de partida y de meta?

Las dos ciudades siempre han significado mucho para mí. Por un lado, aunque nací en Elche, pasé la mayor parte de mi infancia en Valencia. Mi familia tuvo que mudarse por motivos de trabajo y allá que nos fuimos todos. Por otro lado, la familia de mi madre es de Motril, un tranquilo pueblo de la costa granadina. Me pareció una idea maravillosa juntarlos los dos. Además, la distancia es ideal para los días de los que dispongo. Mejor, imposible. Creo que sentirme arropado los primeros días de la ruta va a ser fundamental para comenzar con los ánimos bien altos y con las pilas cargadas.

¿Cómo te estás preparando físicamente para afrontar este reto?

Es difícil prepararse físicamente para un reto así. Hay que estar en buena forma física, claro, y tener un tren superior a prueba de bombas o es probable que acabes con un buen tirón de espalda. Y eso es muy mal asunto, la cintura y la zona abdominal juegan un papel fundamental. Pero la verdad es que, al final del día, lo importante no es tanto la forma física como la forma mental que tengas. Concienciarte mentalmente para una ruta así en la que vas a pasar horas solo en el mar con tus comeduras de cabeza… Eso no son meses de entrenamiento, ¡son años!

A lo largo de tu recorrido harás parada en localidades costeras de varias provincias. ¿Tienes algún plan para alojarte en estas ciudades o te lanzas a la aventura?

Hay un poco de cada. Teniendo en cuenta que llevo un kayak de casi cinco metros, los hoteles no son una opción. ¿Te imaginas subir el kayak a una habitación? Es una locura. Además, tengo que tenerlo vigilado en todo momento. Lo que sí es más probable es que pase alguna noche que otra en campings cerca de la costa, pero el resto voy completamente a la aventura. Mientras haya una playa, hay un lugar donde pasar la noche. Solo me hace falta un saco, una esterilla y a continuar devorando kilómetros al día siguiente.

Creo que la vida va mucho de eso, de ir poniendose siempre las metas un poquito más allá e ir creciendo a partir de ahí.

Tu última residencia ha sido una tienda de campaña en Islandia, ¿cómo surgió tu espíritu aventurero?

José Luis Quiles afronta el reto de recorrer parte de la costa mediterránea en kayak: “La vida es algo maravilloso y efímero que hay que aprovechar" en DEPORTE
José Luis Quiles

Siempre me ha gustado complicarme la vida. Me encanta “crear problemas” y solucionarlos, incluso con las cosas más cotidianas. Siempre me estoy preguntando: ¿Es esto posible? Después voy, lo hago, y me respondo yo solo. Lo bueno es que en el siguiente reto ya partes de la experiencia anterior y de una zona de confort mucho más amplia.

Hace diez años, pasar una noche en tienda de campaña era toda una odisea. Hoy en día, lo tengo tan interiorizado que pasar el invierno en Islandia en tienda de campaña a -15 ºC es algo relativamente sencillo. Mucha gente no entiende que pueda hacer las cosas que hago, pero es algo que he ido entrenando progresivamente y, aunque nací con un espíritu curioso y algo salvaje, lo he ido trabajando y ampliando siempre que me ha sido posible. Creo que la vida va mucho de eso, de ir poniendose siempre las metas un poquito más allá e ir creciendo a partir de ahí. 

¿Qué lugares del mundo has conocido mediante tu particular forma de viajar y qué es lo que más valoras de los sitios que has conocido?

Aunque a veces digo que he tenido la suerte de poder viajar mucho, lo cierto es que siempre he buscado trabajos que me permitieran hacerlo. A mitad de mis estudios de informática, me di cuenta de que aquello no iba a llevarme a ningún sitio. Aquella vida no había por dónde cogerla, por lo menos, yo. No quería pasarme la vida pegado a una silla, de reunión en reunión. Por aquel entonces ya había hecho algún viaje por Asia y solo quería ver mundo. Quería experimentarlo todo. Así que, hice la mochila, le dije adiós a la carrera y me puse a trabajar para el Circo del Sol. Esto me llevó a recorrer España primero, y después a hacer tour por EE.UU.

Fue un tiempo que viví tan intensamente que casi parece haber sido un sueño. Después de aquello, y con unos buenos ahorros en el bolsillo, comencé a recorrer el globo trabajando aquí y allá. En el Camino de Santiago descubrí lo que era viajar a pie, y a partir de aquel entonces, no quise hacerlo de otra forma. Crucé los Alpes caminando, viajé a Chile y Argentina para ver de primera mano la cordillera andina; descubrí algunas de las rutas más impresionantes de Nepal; me enamoré del Israel National Trail, una ruta que cruza el país de norte a sur… y esas son solo algunas. No soy muy de números, pero diría que hace tiempo que rebasé los 10.000 km caminados y los tres años en tienda de campaña.

A una persona como tú, ¿en algún momento le asusta la soledad o es una buena compañera de viaje?

José Luis Quiles afronta el reto de recorrer parte de la costa mediterránea en kayak: “La vida es algo maravilloso y efímero que hay que aprovechar" en DEPORTE
José Luis Quiles

La peor soledad es la que llevamos dentro y todos en algún momento u otro de la vida nos enfrentamos a ella. Yo llevo toda mi vida “combatiéndola” y la he aceptado como parte de mí. Es imposible llevar el tipo de vida que llevo si no te llevas bien contigo mismo. ¿Hay momentos malos? Por supuesto. Muchos. Sin embargo, pienso que la mayoría de las herramientas que necesitamos en el día a día para mantenernos a flote, están dentro de nosotros, solo que unos las tenemos más a mano que otros o tenemos más maestría para utilizarlas. ¿Es algo que se puede entrenar? Por supuesto, pero hace falta mucha valentía para ello. 

Quien quiera seguir tu reto en kayak por el Mediterráneo, ¿cómo puede hacerlo?

En la cuenta de Instagram @territoriodeRutas voy contando todas mis aventuras y experiencias y en la web derutas.es siempre dejo los detalles de todo. Además, esta vez pienso hacer directos desde la travesía para que la gente pueda mi día a día: habrá momentos buenos, momentos malos… A veces nos quedamos solo con la epicidad de estas experiencias pero no nos damos cuenta de lo aburrido que es remar durante 8 horas seguidas en un kayak. Quiero contarlo todo. Quiero ir más allá de los filtros y las apariencias que han venido de la mano con las redes sociales y enturbian tanto la realidad.

En 2011 creaste deRutas, algo más que una web sobre senderismo. ¿Cómo nació y qué ofrece a las personas activas e inquietas?

Quiero inspirar a otra gente, pero no quiero caer en simple “haced esto y veréis que vida más estupenda se os queda”. Quiero demostrar que otra vida es posible y que lo que experimentemos y las aventuras que vivamos, lo que quiera que aventura signifique para cada uno, es lo que nos llevamos de todo esto, que la vida es algo maravilloso y efímero que hay que aprovechar.  Tardamos demasiado en comenzar a vivir, y para cuando nos damos cuenta, estamos tan empantanados con los problemas cotidianos que nos conformamos con seguir adelante esperando que mágicamente se arregle todo. El tiempo sobre este planeta es limitado, y muchos trenes solo pasan una vez. ¡Aprovéchalos!

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