Como el famoso, y exquisito, gumbo -uno de los platos más famosos de la cocina cajún-, Coogler se atreve a mezclar en este film una considerable cantidad de ingredientes que, a priori, no parecerían conjuntar demasiado bien.
A saber: crónica del racismo rampante en la sociedad estadounidense, la necesidad de crear una comunidad fuerte para afrontar la violencia a la que se ven sometidos los individuos, el poder sanador de mente y cuerpo de la música y el baile -vistos como válvula de escape al sufrimiento diario-, la constatación de que el arte nunca es demoníaco, sino que lo son las personas, la esquizofrenia ideológica de las personas pertenecientes a minorías… y todo esto aderezado por ¡una potente trama con vampiros!

Coogler demuestra con sus películas y sus intervenciones públicas que es un tipo bastante inteligente. Le ha colado a Warner y a la parte del público anti-woke que ha ido a verla (el éxito de taquilla demuestra que han acudido a las salas personas woke, anti-woke, indiferentes y hasta los que desconocen el término), un film que no puede ser más woke pero, por su apariencia de blockbuster de acción y terror, los anti-woke ni se han enterado. Lo cual no deja de ser divertidísimo y demuestra que el humor y el terror son los mejores géneros para introducir crítica político-social. La alegoría viene tan bien adornada que nadie puede acusar a Coogler de hacer dicha crítica. Y cuando le preguntan sobre dicha alegoría en las entrevistas, se hace el loco. Pero está ahí para quien quiera verla.
No entraré en detalles por falta de espacio. Pero, ATENCIÓN SPOILER: Tenemos a un grupo de afrodescendientes que se montan su propio club de blues para liberarse y crear comunidad… ¡y son atacados por un grupo de vampiros blancos que les dicen que la mejor solución para sus males es “morir” para sumarse a ellos!… y también nos encontramos con dos hermanos gemelos afrodescendientes y uno de los dos se pasa al bando de los vampiros. Pues todo ello unido suena a alegoría sobre lo que votaron muchos jóvenes negros en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos el pasado noviembre. FIN DEL SPOILER
Coogler nos aporta su visión de primera mano sobre su comunidad, muy basada en las experiencias de sus abuelos del Sur del país y se erige en un bello canto al deseo de recuperar los ritos de encuentro perdidos tras la pandemia. Y lo hace, logrando sacar el mejor partido a lo que de bueno ofrece el cine digital, consiguiendo momentos de gran potencia y belleza. Y, además, atrapa al espectador en este viaje a un lugar y tiempo (que son reales y míticos a la vez), sin necesidad de abusar de la acción.
Por último, recomendar quedarse a ver las dos escenas durante los créditos: La primera larga y muy interesante y la segunda, casi exclusivamente musical pero con un plano final inquietante.
Esta película se estrenó en cines el 16 de abril de 2025.
Título original: ‘Sinners’.- Estados Unidos, 2025.- 137 minutos.- Dirección: Ryan Coogler.- Intérpretes: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Wunmi Mosaku, Delroy Lindo.- DRAMA TERRORÍFICO.
Tratando de dejar atrás sus problemáticas vidas, dos hermanos gemelos (Jordan) regresan a su pueblo natal para empezar de nuevo, sólo para descubrir que un mal aún mayor les espera para darles la bienvenida. (Fuente: FILMAFFINITY)










