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na selección de una treintena de acuarelas y una veintena de óleos con las calles y plazas con más sabor del casco antiguo y otros rincones con encanto de la ciudad conforman la exposición ‘Alicante y mi pincel’, obra del artesano y pintor autodidacta Juan Pérez Morote, que puede visitarse en el Centro Cultural municipal Las Cigarreras (C/ San Carlos, 78), gestionado por la Concejalía de Cultura, hasta el próximo 6 de julio.
Se trata de su primera muestra individual, tras haber participado en varias exposiciones colectivas, auspiciada por la Asociación de Artistas Alicantinos y la Asociación Lírico Poética Mariano Pérez Picó. Pérez Morote, una persona optimista y con gran sentido del humor, sigue pintando con toda su ilusión desde que descubriera su amor por los pinceles desde pequeño.
Para mí, un cuadro es como una ventana abierta por la que se ven árboles, montañas, ciudades…
«Yo, desde niño, despuntaba en el dibujo. Para mí era tan sencillo que no le daba importancia», admite el propio artista. Ya en la adolescencia, sus padres le apoyaron en una afición en la que destacaba y de común acuerdo Pérez Morote se fue a trabajar al taller de madera del «tío Pepe», donde alumbró nuevas ideas creativas dando forma a figuras talladas. «A los 22 años puse taller por mi cuenta y empecé a diseñar y fabricar de forma artesanal muebles y lámparas, que me pedían de toda España», recuerda.
Durante décadas, además, fue profesor de Formación Profesional, y él mismo cuenta que sus alumnos, al ver que dibujaba bien en la pizarra, le regalaron pinturas al óleo, técnica en la que se inició retratando el Peñón de Ifach. Pérez Morote culminó su vida profesional como maestro industrial en el ramo de la madera y tras su jubilación intensificó su amor por la pintura.
Tras exponer su obra artesanal en madera y participar en muestras colectivas, como ’60 artistas alicantinos – Salón de Primavera 2014′, Pérez Morote exhibe ahora al público una panorámica que denota su debilidad por las calles y las plazas del Casco Antiguo, una zona que conoce bien al haber nacido en el barrio de Santa Cruz y haber transitado por su entorno durante gran parte de su vida, junto a otros escenarios del resto de la ciudad. Sus palabras resumen la relación que le une a la pintura: «Para mí, un cuadro es como una ventana abierta por la que se ven árboles, montañas, ciudades…».