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ienvenidos al «boom» de la novela gráfica. Desde la madurez narrativa que apuntaló «Arrugas» (Paco Roca), pasando por la perversión surrealista de Joan Cornellà, hasta el rotundo éxito de personajes que diseccionan la vida moderna, desde perspectivas muy diferentes, como «Moderna de Pueblo» (Raquel Córcoles) o «Putokrío» (Jorge Riera), podemos decir que la novela gráfica ha llegado para quedarse.

«Se dio cuenta de que la vuelta era realmente la ida en más de un sentido», escribió Cortázar, y  el autor alicantino Juaco Vizuete (1972) vuelve a su niñez y esta vez sabe de lo que habla. Ya en 1998 publicó «El resentido» (Ed. La cúpula), y lleva colaborando en numerosas publicaciones desde entonces. En 2013 da comienzo su idilio con Astiberri, editorial de gran renombre dentro del mundo del cómic/novela gráfica, aportando su granito de arena en «Panorama. La novela gráfica española hoy». Y llegamos hasta 2014: de la mano de dicha editorial Juaco nos trae «Lo primero que me viene a la mente», el paseo por una infancia peculiar que logra mezclar cotidianidad con nostalgia y devolvernos un trozo de su historia, que también es la nuestra.Una infancia con historia   en LETRAS

¿Qué es lo primero que viene a la mente de Juaco Vizuete? Desde luego, no es bonito. Quizás porque la memoria reserva mayor nitidez para los episodios más sórdidos o dramáticos de nuestra vida, quien busque una historieta amena o inocente no la encontrará aquí. Juaco expone de manera directa y sencilla (incluso descarnada a veces), anécdotas que en sentido estricto darían para traumatizar a cualquier niño. Aunque toda infancia sea un trauma potencial, desconozco qué parte de la novela es autobiográfica, aunque sí se presupone un alto porcentaje de veracidad en lo que cuenta.

¿Es esto importante? Efectivamente: no. Lo importante es el retrato. El retrato de la España transitiva en la que le tocó vivir, el retrato de un núcleo familiar ubicado en el ámbito militar, el retrato de un despertar sexual convulso. Juaco asiste a su propia vida como un espectador aún demasiado niño, demasiado ingenuo como para entender gran cosa. «Lo primero que me viene a la mente» es la lectura adulta a la que toda infancia debe someterse.

¿Qué hace especial a este libro? Quizás sea la inocencia con la que se nos muestra una total falta de drama a la hora de enfrentarse a situaciones potencialmente dramáticas

Una infancia con historia   en LETRAS

Desde los sucesos de la España negra, especialmente prolíficos en los 80, la gestación y estallido del 23-F o la libertad sexual que empezaba a respirarse en un país largamente reprimido,  el protagonista nos muestra cómo vivió aquellos momentos apoyándose en los otros personajes que conforman su familia: su hermano mayor (Mario), su padre (el Capitán Huertas) y su abnegada madre. Es sintomático que no haga demasiado hincapié en los amigos, y sí se centre en la figura de su hermano como compañero de aventuras. Se presume que, como suele ocurrir en estos casos, era un niño solitario.

Lo tenemos: novela gráfica sobre niño lúcido solitario. ¿Qué hace especial a este libro? Quizás sea la inocencia con la que se nos muestra una total falta de drama a la hora de enfrentarse a situaciones potencialmente dramáticas. No es una historia escrita para exorcizar demonios, sino más bien para narrar de manera natural episodios que ilustran muy bien el sentir de una época clave en el desarrollo sociopolítico de nuestro país. Sí, el término «hijo de la Transición» le viene al dedo.

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No podían faltar en esta historia las referencias de las que se nutre el imaginario de Vizuete: cine de animación japonés, películas de culto (gran aparición de «El acorazado Potemkin»), canciones de la época, cómics y tebeos míticos… Hay toda una sub-historia dentro de la historia principal. «Lo primero que me viene a la mente» es un ejercicio de regresión a nuestra (su) menos tierna infancia. Para que no olvidemos los cines de verano, ni las revistas escondidas, ni la imaginación como vía de escape. Para que no nos olvidemos de ser niños, fundamentalmente.

 

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Mara Avi nació en Alicante en 1987, es estudiante de Derecho y escribe en diversos blogs desde que tiene uso de razón. En 2013 sacó su primer libro "Miedo a las tormentas eléctricas". Aspira a ser como Sylvia Plath, excepto en lo del suicidio.

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