La presentación, que se inscribe en la gira que está realizando el autor de esta obra editada por Marcial Pons, tendrá lugar en la Sede UA Ciudad de Alicante (Ramón y Cajal 4) a las 19:00 h (Sala Miguel Hernández). En ella intervendrán los doctores Glicerio Sánchez Recio, catedrático de Historia Contemporánea de la UA, y José Chofre, profesor de Derecho Constitucional de la UA.
Catedrático emérito de Derecho Constitucional de la UNED, universidad donde desarrolló principalmente su carrera docente, y académico supernumerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, el doctor Óscar Alzaga (Madrid, 1942) compaginó su trayectoria profesional como jurista -abogado y profesor universitario- con su actividad política. Detenido, interrogado, sancionado y confinado durante el franquismo, ya que desde sus días de estudiante universitario militó en la oposición democrática, fue cofundador en 1963 de la revista de inspiración democristiana Cuadernos para el Diálogo que se editó durante el desarrollismo, el tardofranquismo y en los primeros años de la Transición y contribuyó con ello al debate político; posteriormente se convirtió en uno de los fundadores de UCD, siglas con las que obtuvo acta de diputado en el periodo constitucional, desestimando en varias ocasiones ser ministro con el presidente Adolfo Suárez.
Quema de documentos
La conquista de la Transición (1960-1978). Memorias documentadas tiene su origen en un episodio ocurrido a comienzos de la Transición: el del momento en el que ciertas personas, provenientes del franquismo y que ocupaban posiciones clave en el primer Gobierno de UCD, ordenaron quemar la práctica totalidad de la documentación conservada en archivos policiales de la Guardia Civil y de otros organismos que habían asumido la represión dictatorial.
“Se dificultó así -afirma Alzaga- que los historiadores pudieran conocer la dialéctica real que se desplegó entre quienes sostuvieron el franquismo y quienes hicimos inevitable, a la muerte de Franco, la asunción de una democracia inspirada en modelos europeos”.
Tras cerca de diez años de trabajo, el fruto es este libro en donde el texto escrito no solo se apoya en lo vivido por el autor sino en documentos que sobrevivieron a la quema. Por una parte, se ha servido de la voluminosa documentación conservada por él mismo y, por otra, le ha valido la consulta de otros archivos de opositores a la dictadura, fuentes a las que suma un detallado repaso de la prensa nacional y extranjera del periodo. La narración termina con el inicio del proceso constituyente que desembocó en la Constitución de 1978.
Oposición democrática “amplia y eficaz”
Desde el inicio de las páginas escritas, Óscar Alzaga no duda en poner al descubierto su tesis sobre la Transición, crítica con la actuación de quienes procedían del régimen dictatorial. “Se nos narra la transición como algo natural, que deseaban acometer los altos mandos de aquel sistema”, observa. “De ser esto así, sería a ellos a quienes se debería reconocer el mérito de archivar la dictadura e instaurar la democracia; pero tal tesis no es cierta”.
“Hubo una oposición democrática mucho más amplia y eficaz de lo que, de ordinario, se reconoce, que logró que la mayoría de la generación entonces joven demandara públicamente el final de aquella dictadura. Y una parte de aquella -democristianos y socialistas, especialmente- tejió unas relaciones y unos planes con los gobernantes de la práctica totalidad de los países miembros de la Comunidad Europea para presionar al franquismo”.
Su conclusión la expresa, por tanto, con contundencia desde el principio, achacando al reformismo que procedía del franquismo una actitud interesada ante los acontecimientos que se iban imponiendo. “Los cuadros de aquella autarquía -sostiene- no tomaron la iniciativa de donarnos la democracia, más bien se vieron obligados a ello y lo hicieron con gran interés por asegurar su pervivencia en la vida política”.