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astwood eleva el tono de una filmografía que había ido perdiendo fuerza desde el triunfo que supuso Gran Torino y llegando a sus cotas más bajas con trullos como J.Edgar e insignificancias como Jersey Boys o Más allá de la vida. Aquí entrega una obra con brío y fuerza, especialmente en las secuencias que se desarrollan en los combates de la guerra de Irak. Es verdad que las escenas cotidianas en Estados Unidos son arrítmicas y perjudican al conjunto, pero no es menos cierto que aportan el proverbial sentido costumbrista de la vida americana consustancial a la obra del director de Sin perdón. Por supuesto, no hay que olvidar que el veterano autor cuenta ya con 84 años y habría que ver hasta que punto dirige realmente sus cintas. Más bien parece que las coordina y que su estrecho colaborador durante décadas y ayudante de dirección, Lorenz, es el que se encarga de bajar al barro. Basta con ver su debut como director (Golpe de efecto) para darse cuenta de que no hay diferencia entre ella y cualquier película de nivel medio del californiano.
La cinta se sigue con interés y aburre en escasas ocasiones aunque la historia real en la que se basa tiende a la monotonía de los diferentes despliegues militares a los que acude el protagonista y sus dolorosas vueltas al hogar. No es, en absoluto, una obra redonda pero tampoco despreciable.
Pasemos al apartado ideológico que es lo que todos estáis esperando. La película es ambigua a conciencia. Parece limitarse a exponer los hechos sin aportar opinión. Pero al igual que un documental nunca es objetivo, un film de ficción siempre tiene una visión de las cosas. Para empezar el simple hecho de elegir la historia del francotirador más letal de la historia de Estados Unidos y adaptarla al cine ya supone un punto de vista. Dudo mucho que un director indie o europeo eligiera este protagonista. En el caso improbable de hacerlo, su objetivo no sería expositivo sino de denuncia. Igualmente ambientar tu historia en la Guerra de Irak (invasión para llamarla por su nombre) y pretender hacerlo sin tomar partido define a sus responsables. Mostrar a alguien que se va al otro lado del mundo, a un país que no es el suyo, a matar mujeres y niños (tildados de terroristas porque se enfrentan a un ejercito extranjero cruel e invasor) y no ponerlo a caldo es más que discutible.
La película constata los orígenes de la cosmovisión estadounidense más conservadora y cómo se transmite de padres a hijos
Sin embargo, no es menos cierto que la película constata los orígenes de la cosmovisión estadounidense más conservadora y cómo se transmite de padres a hijos con las escenas de caza y la reflexión sobre la división del mundo en ovejas, lobos y perros pastores. También muestra cómo cada vez que el grupo de SEALS al que pertenece el protagonista se deja llevar por las bajas pasiones de la venganza y la ley del talión, las consecuencias para ellos mismos son mucho peores que cuando actúan con inteligencia. Finalmente, la conversación que Cooper tiene con su mujer en la que ésta ya no le permite que justifique su adicción a la guerra con la falacia de que quiere defender a su país y a su familia nos confirma que no estamos ante un simple panfleto. No es suficiente, obviamente, pero sí debe ser constatado.
La película ha sido un éxito monumental de taquilla en Estados Unidos. Para conseguirlo, se debe arrastrar a las salas de cine no sólo a los habitantes más liberales de las dos costas sino a “las buenas gentes temerosas de Dios” de la América profunda. De igual manera que millares de estadounidenses acudieron a los funerales de estado de Kyle (cuyas imágenes documentales acompañan a los créditos finales del film) sin saber la parte oculta que se escondía detrás del mito, dudo mucho que estas “buenas gentes” hayan visto las sombras antes descritas y lo más probable es que se hayan quedado con la idea del ser sobrehumano que salvó al “mejor país del mundo” de más de un centenar de terroristas yihadistas que querían entrar en sus casas y arrasar con todo…Por cierto, lo mismo que hicieron los militares estadounidenses en las casas de civiles iraquies.
CALIFICACIÓN: 2,5/5
Estados Unidos, 2014 – 134 minutos. – Director: Clint Eastwood.– Intérpretes: Bradley Cooper, Sienna Miller.- DRAMA BELICO.