El viernes 13 de junio, la música se ensancha con una nueva entrega de Roberto Portillo. Son del Carbonero, su tercer sencillo, llega como una ofrenda de raíz y fuego: un homenaje libre y sonoro al legendario Tasio, aquel carbonero navarro cuya vida inspiró la inolvidable película de Montxo Armendáriz en 1984. Portillo se deja llevar por la pulsión telúrica de este personaje y compone un tema que destila naturaleza, memoria y poesía.
La canción, nacida con pulso de chacarera argentina, se gestó en parte antes de que el film irrumpiera en el imaginario del autor, pero ambos lenguajes —el visual y el musical— se encontraron en un punto común: la vida sencilla como resistencia, el bosque como refugio, el oficio como latido. La caza furtiva se transmuta en hurto de frutas, y entre los versos aparecen Rilke, el susurro del río y una atmósfera que recuerda a La noche del cazador (1955), sin perder nunca ese aroma de barro húmedo y hojas secas que tan bien supo narrar Armendáriz.

La percusión sintetiza el ritmo chacarero y nos invita a escuchar con los pies en la tierra. La guitarra eléctrica chispea como brasas, mientras el timbal marca un compás casi ceremonial. Portillo se multiplica: interpreta todos los instrumentos, canta con voz templada y construye una pequeña sinfonía del monte. Las ranas, como salidas de una película de otro tiempo, croan en los márgenes.
El tema ha sido mezclado por Paco Loco, con quien Portillo ya colaboró en su anterior sencillo Cumbia de Carolinas (incluido en el álbum Global Party del prestigioso sello Putumayo World Music), y masterizado por Javier Roldón en Vacuum Mastering. La portada, obra de Raúl Torres, termina de vestir esta joya minimalista que se cuece a fuego lento.
Portillo, que en 2020 firmó el EP Grabaciones Inocentes bajo el alias Hernando y ha sido parte de proyectos como Cantadeberes junto a Andrea Meliveo o Por Amor a Helarte de Nefta Lee (producido por el doble ganador del Latin GRAMMY Sebastián Merlín), vive ahora una nueva etapa como cantautor, tejida con calma, identidad y profundidad.
Son del Carbonero no es sólo una canción: es un viaje al corazón de los oficios perdidos, una crónica lírica de quienes aprendieron a vivir entre árboles, fuego y silencio.
Disponible desde el 13 de junio en todas las plataformas.
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