El presente 2022 es un año hernandiano por excelencia, puesto que se cumplen los 80 años de la muerte del universal poeta Miguel Hernández, acaecida el 28 de marzo de 1942, cuando se hallaba preso del franquismo en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante, por varias enfermedades pulmonares, contraídas durante su cautiverio, y contaba tan solo treinta y un años edad.
Para conmemorar tan relevante acontecimiento, el hernandiano Ramón Fernández Palmeral presenta ‘80 años de la muerte de Miguel Hernández‘ (Amazon), 31 artículos monográficos y un anexo con ilustraciones inéditas de su autoría, disponible en formato impreso y digital. El libro incluye una serie de monográficos que quedaron fuera del libro ‘Miguel Hernández. El poeta del pueblo (biografía en 40 artículos)’ (ECU, 2019), por lo que ambas obras son complementarias y conforman un corpus biográfico.
El prólogo del libro es obra del escritor y magistrado oriolano Julio Calvet Botella, que además aporta información de varios artículos inéditos relativos a su familia. Julio Calvet es de ascendencia oriolana, nació en la calle Mayor, muy cerca de la casa donde naciera Pepito Marín (Ramón Sijé) conocido como “el compañero del alma” de Miguel Hernández, y autor de un libro titulado “Semblanza de Ramón Sijé”, publicado en ECU.
Julio Calvet además de un gran sijeano es un gran hernandiano. Un tío suyo por parte de madre, llamado Álvaro Botella, es el destinatario de una décima de Miguel Hernández escrita en Madrid, un día de febrero de 1936 en el que fue a comer invitado por el abuelo Juliá Botella, un oriolano que ejercía de médico forense en Madrid.
La décima hernandiana fue escrita a vuela pluma, no estaba en las Obras Completas, y dice así:
Amigo Álvaro Botella
me ha puesto en un trance amargo
pero saldré sin embargo
gracias a mi buena estrella.
Un verso se me atropella
tras otro mi pluma y contigo
te dejo como recuerdo
esta décima de un cuerdo
que está casi loco, amigo.