La palabra sigue siendo el recurso del poeta aspense Juan Carlos Prieto Martínez para dar rienda suelta a todo lo que el corazón esconde. Tras ‘Tontheridas’ y ‘Sintimiento’, el autor publica la tercera parte de su trilogía poemática, ‘Todavída’.
No es este otro poemario indiferente que se lanza al mercado. La calidad literaria de Prieto Martínez cuenta con el beneplácito de la periodista Nieves Herrero, quien ha escrito el epílogo donde dice, entre otras cosas, que «el mundo es mucho más bonito a través de los ojos de Juan Carlos».
Con los juegos de palabras tan característicos del autor, este nos remite a las emociones en ‘Todavída’: un viaje de idas y venidas, y de vidas y avenidas que va desde la infancia, cuando nuestros sentimientos son más inocentes y están a flor de piel, hasta el presente.
La cara B del poemario es el dolor y el amor, ese amor que somos incapaces de alcanzar, atrapados por ese sino que nos impide juntarnos y que Juan Carlos refleja en ese «Tú tan tutú girando sin parar/ yo tan yoyó que sube y baja/ así dime tú a mí cómo vamos a encontrarnos».
El joven aspense licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Alicante ha convertido su hobbie en oficio, y es que la poesía ya la lleva tan dentro que es imposible despegarse de ella. Esta afición la mezcla con sus otras predilecciones: la música, pintar y viajar. De hecho, dentro de la que es su quinta publicación en tres años, se encuentra una canción cantada por el mismo autor que se puede escuchar a través de un código QR.
Con esta tercera antología de sus antojos Juan Carlos continúa con su misión de hacer volar, aunque sea un poquito, la capa que se encontró tirada en el suelo hace ya algunos años, donde aparecía escrita la palabra “poesía» y, de esta manera, conseguir que deje de estar de capa caída.
Todavida va de vida, de despertares meciendo columpios, del tiempo que nos queda por gastar y malgastar, del trabajo que nos queda por hacer y deshacer, del dolor que nos queda por perdonar y, sobre todo, del amor que nos queda por dar. Y todo esto contado a través de poemas, porque «podrán declarar a la poesía culpable de ahorrarse palabras, pero nunca de ahorrarse la Palabra, y mucho menos de ahorrarse sentimientos».
Aunque en ocasiones asomarnos a estos poemas puede darnos vértigo, la literaltura de Prieto Martínez hace que merezca la pena ponernos en su piel, así que bienvenidos a este sudoku de letras, reflexiones, emociones y sensaciones, a esta tercera antología de sus antojos, a este trocito de su corazón. Porque, claro, se lo ha vuelto a pedir el corazón y Juan Carlos es de darlo todo.