‘¡Madre!’ es un nuevo encuentro con el universo personal y único del director de obras tan características como ‘Cisne negro’, ‘Requiem por un sueño’ o ‘La fuente de la vida’.
Aunque, emulando a David Lynch, Aronofsky demostró con ‘El luchador’ que puede hacer un cine más convencional sin por ello flojear en su calidad, parece claro que este autor tiene más interés en levantar proyectos con más riesgo narrativo y estético.
Cada espectador puede interpretar la experiencia sensorial que supone ‘¡Madre!’ a su antojo y dependiendo de su cosmovisión. En esta ambivalencia está la fortaleza del film y también su debilidad.
Cuando uno observa cómo evoluciona la trama de ‘¡Madre!’ se da cuenta de que si el guión intentara dar una solución lógica a los acontecimientos y personajes de lo más excéntricos que desfilan por la trama, fracasaría estrepitosamente en el intento, dando lugar a un desenlace pillado por los pelos y ridículo.
Aronofsky demuestra en ‘¡Madre!’ una valentía impropia de la época en la que vivimos, plagada de productos miméticos que se permiten todo tipo de ganchos y giros en el guión (cliffhanger) siempre y cuando la resolución sea lógica y confortable o sobrenatural y fantástica, ya que aumenta el grado de locura y falta de asideros comprensibles en el tercio final, verdadera ceremonia del exceso y la desolación.
Como le ocurre al ciudadano español, que puede elegir entre muchas cuál es su preocupación favorita para la encuesta del barómetro del CIS, el espectador de ‘¡Madre!’ puede quedarse con la explicación metafórica que prefiera: el doloroso proceso creativo, los claroscuros de la maternidad, la destrucción del planeta, los vampiros emocionales que chupan la energía de las almas puras, la necesidad de quemar etapas… ¿Cuál es la tuya?
Estados Unidos, 2017.-120 minutos.- Director: Darren Aronofsky.- Intérpretes: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Domhnall Gleeson, Kristen Wiig, Brian Gleeson.- Thriller psicológico.- A una mujer le pilla por sorpresa que su marido deje entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco el comportamiento de su marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a todo el mundo