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esalentador, no ya porque si echamos la vista atrás (años 70 y 80) encontramos como cintas más taquilleras de su año a obras mayores como El padrino, El exorcista, Tiburón, Rocky, E.T., La guerra de las galaxias y su continuación. No hace falta irse tan lejos. Basta con compararla con otro film en cartel: Tomorrowland, el megafracaso económico de Disney y Brad Bird, el director de Los increíbles. Esta cinta le da mis vueltas en maravilla visual, riesgo, espíritu crítico y pulso a esta chorrada. Y, sin embargo, parece que las nuevas generaciones identifican fracaso en Estados Unidos con nula calidad del producto.
Se nos llena la boca a la hora de criticar a los yanquis como cazurros, paletos, incultos pero luego aceptamos a pies juntillas su reacción ante una película como termómetro de la calidad de la misma. En lugar de analizar la justicia o no del fracaso y si las causas son o no extracinematográficas (en el caso del film protagonizado por Clooney parece evidente que al público no le ha gustado oír lo que la cinta les dice a través de las líneas de diálogo de Hugh –Doctor House- Laurie), se decide que ese fracaso americano no merece ni nuestro tiempo ni nuestro dinero.
El primer trabajo dentro de la industria del director de la estimable Seguridad no garantizada podría estar dirigido por cualquier otro. Nunca entenderé porque Hollywood busca voces propias para embarcarlas en proyectos miméticos. A no ser que se pretenda acallar a esas voces. La cinta no tiene salidas de tono y da al público lo que parece que quiere: acción aséptica fabricada en cadena.
Hay algunas buenas escenas de acción que suben el nivel hasta un más que aceptable entretenimiento
La cinta empieza mal con una presentación de personajes sosa que incluye un niño especialmente repelente de esos que sólo existen en la mente de guionistas que sólo han visto niños en series y películas anteriores, nunca en la vida real. Luego nos encontramos con la típica ejecutiva agresiva sin tiempo para su vida personal, a la sazón tía del niño que a los diez minutos ya estás deseando que se lo coma el dinosaurio para no tener que oírlo más.
Después está el dueño que quiere ganar pasta pero buscando la emoción, la pasión en lo que hace…una burda justificación del capitalismo encarnada por un actor asiático para ganarse ese mercado y para que sea más evidente el contraste entre la americana aséptica y el oriental conectado con la parte emocional de la existencia. Todo muy original. Por último está el guapo cachas sensible que se comunica con los dinos como si fueran delfines o algo así y, por último, el gordo desagradable militar que quiere usar a las criaturas como armas de guerra. Aparte del científico amoral y el tonto de los ordenadores enamorado en secreto de su compañera de trabajo y que, como es tonto y feo, pues recibe unas enormes calabazas.
El bicho malísimo se escapa (que es lo que todos queríamos que pasara en el minuto 1) y campa a sus anchas por una especie de Aqualand o Port Aventura con dinosaurios mutados genéticamente. Parece que la cosa va a mejorar aunque tenemos que seguir soportando al niño y empezamos a preocuparnos por la digestión de los monstruos cuando se coman a semejante ejemplar indigesto. El hermano mayor se dedica a mirar fijamente a las chicas sin éxito. Hay algunas buenas escenas de acción que suben el nivel hasta un más que aceptable entretenimiento. Las copias-homenajes se suceden: Los pájaros, Tiburon, Dos hombres y un destino y hasta la olvidada Seis días y siete noches, aquella tontería de Ivan Reitman con Harrison Ford y Anne Heche
Pero la cinta no sabe cómo llegar al tercer acto, a la conclusión que vuelve a aburrir y a desinteresar. Te da igual el destino de los protagonistas porque ellos te importan un bledo. Lo peor de su taquillazo y el fracaso de Tomorrowland no son esos datos concretos. Si no que le confirman a la industria lo que ella quiere creer de antemano. Que el público no quiere arriesgarse con propuestas innovadoras (para eso ya están las series de televisión que son gratis y te puedes ir si no te mola sin sensación de que te han tangado 8 euros) y prefiere ver una y otra vez lo mismo.
Veintidós años después de lo ocurrido en Jurassic Park, la isla Nublar ha sido transformada en un parque temático, Jurassic World, con versiones «domesticadas» de algunos de los dinosaurios más conocidos. Cuando todo parece ir a la perfección y ser el negocio del siglo, un nuevo dinosaurio de especie todavía desconocida y que es mucho más inteligente de lo que se pensaba, comienza a causar estragos entre los visitantes del Parque.
Jurassic World. Calificación: 1,5/5
Estados Unidos, 2015 – 124 minutos. – Director: Colin Trevorrow. – Intérpretes: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Ty Simpkins, Nick Robinson, Vincent D’Onofrio, Irrfan Khan, Omar Sy.- Aventuras.