Soy consciente de que hoy en día lo que está de moda son las películas que no se ven bien -de tan oscuras y “realistamente” iluminadas que están-, con planos borrosos filmados desde lejos y a oscuras, donde te tienes que imaginar lo que está pasando, lo cual parece el summum de la exquisitez en la puesta en escena, con poco cuidado real por la misma; que huyen de la peste de cualquier grandiosidad fílmica (el uso de la grúa y el travelling han sido declarados anatema); con actores desconocidos que según parece son la leche por el simple hecho de que no los conocemos (y, por tanto están automáticamente más legitimados para interpretar las cuitas de seres humanos cotidianos y comunes que las estrellas cinematográficas); llenas de silencios que supuestamente son muy profundos, con discursos sacados de libros de autoayuda escritos tras viajes de “autodescubrimiento pijo” -y no los auténticos- a Nepal; con un ritmo letárgico repleto de escenas que no aportan nada; con argumentos enfilados directamente a tocar de mala manera la fibra de nuestra mala conciencia de urbanitas del primer mundo y con una selección de canciones que parece una playlist para “hacer un viaje en el que perderse por el mundo porque nadie me entiende y tengo tiempo y dinero para hacerlo”.

Por eso sé que soy un raro. Porque prefiero, a la hora de que me cuenten una historia de ese corte íntimo-sentimental-problemillas del primer mundo, una fotografía cuidada y contrastada, donde veo todo perfectamente en cada momento, una puesta en escena competente, una producción generosa con localizaciones y planos que me atrapen visualmente y encontrarme con “viejos conocidos” como Morgan Freeman y Florence Pugh. Porque, a fin de cuentas, tanto el film que nos ocupa, ‘Una buena persona’, como el tipo de cine que comento arriba no son realmente tan “sinceros y honestos” como pretenden. En consecuencia, ante dos hipocresías iguales me quedo con la luminosa, agradable a la vista y glamourosa. Y es que soy un esteta, lo sé.
Para concluir, destacar la secuencia en el bar de copas diurno. Es más perspicaz sobre nuestra sociedad actual que todo un año de pelis de festival. Y es que, al final, esta peli no carece de cierta autenticidad. Aunque sea de Hollywood. Aunque salgan estrellas. Aunque tenga una fotografía nítida y contrastada.
Esta película se estrenó en cines a nivel nacional el 19 de mayo de 2023.
Título original: ‘A good person’. Estados Unidos, 2023.- 129 minutos.- Dirección: Zach Braff.- Intérpretes: Florence Pugh, Morgan Freeman, Celeste O’Connor, Molly Shannon, Zoe Lister-Jones.- DRAMA INTIMISTA.
Allison (Florence Pugh), una joven con un futuro brillante, y Daniel (Morgan Freeman), el padre de su prometido, sufren la misma pérdida trágica. En un momento de crisis, los dos protagonistas forjan una amistad que suscita la compasión y el perdón necesario para superar su culpa y encontrar la libertad. (Fuente: Filmaffinity)