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ace un tiempo se decía que la música popular gira en ciclos de dos décadas, o lo que es lo mismo, las nuevas olas siempre retoman actitudes veinte años anteriores. En los ochenta volvió el ímpetu melodioso de los sesenta, aunque también la frivolidad temática. En los noventa volvió la testosterona de los setenta, a ratos dramatizada en exceso. En los dos miles es más difícil concretar influencias, ya que Internet facilitó la instauración definitiva del eclecticismo.
Para hablar de Los Punsetes hay que incidir en la década de los ochenta. Melodía y frivolidad, es cierto, pero no podemos olvidar el filtro del punk. Unas bandas lo tradujeron en derivas musicales – hacia la electrónica, por ejemplo, ya que con un sintetizador podías convertir en melodía lo que en otro instrumento hubiera sido mero ruido – y otras en una temática iconoclasta. Con estos últimos son los que hay que emparentar a Los Punsetes.
Desde su inicio en 2004 Los Punsetes han desplegado unas letras irreverentes, ácidas, surrealistas, sarcásticas y a veces impactantes con una pátina de pop guitarrero
Desde su inicio en 2004 Los Punsetes han desplegado unas letras irreverentes, ácidas, surrealistas, sarcásticas y a veces impactantes con una pátina de pop guitarrero. Si bien por sonido sí que son hijos – más bien enfants terribles – del indie patrio de los 90, por actitud están al costado de las Hornadas Irritantes de la movida madrileña, de Siniestro Total, Derribos Arias o Glutamato Ye-Yé. La audacia de canciones como “Dinero”, “Tus amigos”, “Alferez provisional”, “Los tecnócratas” o el más reciente single “Me gusta que me pegues” abofetean la indiferencia del que escucha.
Este viernes 9 de enero, a cargo de Un Fulgor de Moda Antónima, Los Punsetes actuarán a las 22:30 h. en la sala Stereo, donde presentarán los temas de su nuevo disco “LPIV” -producido por El Guincho, otra figura que nos gustaría ver por los locales alicantinos. Telonearán De Pirámide, banda alicantina que demostró en su disco “ilusofilia” (2013) fundamentos en el sonido post-punk y el no wave más bailable, y que además comparte con el acto principal la propensión a la mala baba lírica.
Las entradas cuestan 10 euros en compra anticipada y 13 en taquilla.










