Una de las escenas del Festival de Microteatro ALMAR en San Pedro del Pinatar - © Paco Alberola

Del 7 al 9 de abril ha tenido lugar el primer Festival de artes escénicas de pequeño formato. Microteatro ALMAR, en San Pedro del Pinatar. La novedad de este festival se focaliza en que es un diseño formal de microteatro (piezas de corta duración, asistencia reducida de espectadores en un espacio escénico pequeño). La segunda característica, lo verdaderamente novedoso, lo original del mismo es que sucede en el mar, sobre la superficie del agua, a cien metros de la playa y que la representación de las diversas piezas teatrales sucede en barcas clásicas de pescadores del lugar. Así mismo, lo curioso es que, para acceder al lugar de la representación el público sea recogido en el muelle, acomodado en embarcaciones de recreo y transportado -como en un mini crucero náutico- hasta el lugar, en un placentero viaje naval de unos diez minutos. Una vez fondeados, a caballo de las olas, patio de butacas acuático, comienza el espectáculo.

Microteatro marítimo en el Festival de San Pedro del Pinatar en ESCENA
Escenario del Festival de Microteatro ALMAR de San Pedro del Pinatar – © Paco Alberola

No hay telón que abrir ni luces que poner: a pleno sol de la tarde, espectadores e intérpretes, rodeados de la mar, inmensa, mecidos por un mismo oleaje, nos dejamos sorprender: luz, olores, golpeteo rítmico de las olas contra la embarcación… Desde cada una de las barcas los intérpretes desgranan su monólogo o diálogo, a contraluz de un sol radiante de primavera cálida.

Los textos, por lo general de carácter divertido, se mueven, como las olas, en un registro cercano a lo satírico, paródico, grotesco, a veces con toques de teatro del absurdo… El lugar y la situación, así como el género microteatro, propician que la interpretación y la puesta en escena se decante hacia la categoría de lo cómico, con chispas de acidez o crítica ambiental. Los personajes que vemos son de extracto social medio-bajo, las vivencias que nos cuentan proceden de un quehacer diario incómodo o fatigoso, imbuidos en una cierta realidad no siempre grata –de trama simple- y de la que así mismo se desprenderá una solución anecdótica, graciosa, chocante.

Microteatro marítimo en el Festival de San Pedro del Pinatar en ESCENA
Escena del Festival ALMAR de San Pedro del Pinatar – © Paco Alberola

Los autores directos del evento proceden del mundo del espectáculo teatral; son, por un lado, Kimera Teatro, responsable de la producción y dirección artística, y por otro, como responsable de la logística y dirección técnica, se encuentra Norberto Samper, de la productora de artes escénicas La Higuera de la poca vergüenza, con la colaboración necesaria del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar.

En el evento pinatarense las barcas son el único espacio y la única escenografía, ambos dos esenciales como partes de la representación. Nunca –es un decir- el espacio escénico habría influido tanto en el proceso de representación de un espectáculo, como ahora. Ese es su acierto y una de sus grandezas, junto a la selección de los textos, la interpretación o la puesta en escena… Una vez más el teatro se reinventa, se recrea sobre sí mismo, re-nace, como el Ave Fénix.

El Festival ALMAR no es teatro de calle, pero se aproxima. Es teatro de mar, de oleaje, de agua salada, de brisa, de sol. Un festival de teatro –micro- que se mece a merced de las olas durante tres días, dispuesto sobre el espacio –mínimo- en el que los pescadores faenan o faenaban: barcas de remo, blancas, a compás de las ondas, en número de tres.

El formato es novedoso, tiene su atractivo. Es seductor, provoca el imaginario colectivo, añade un punto de sal y pimienta en la decocción de las nuevas dramaturgias, ennobleciendo las AA.EE.

Es teatro con protocolo, que, casi como el medieval, se inicia con un viaje o trayecto que discurre desde el muelle de embarque hasta el lugar de la representación de las barcas, rodeadas de agua y agua.

El Festival ALMAR, festival joven, se zambulle en este mundo de eventos teatrales proponiendo un espacio de encuentro sugerente. No es teatro en las profundidades del mar, que podría serlo, no en el salón de actos de un yate o un mercante, ni siquiera sobre un crucero que surca mares y océanos. Su fórmula es muy sencilla: las embarcaciones, los intérpretes, el público… en la playa La Puntica.

Fondea la flotilla frente al hecho escénico…

Mágicamente emergen, desde la superficie de las barcas, como burbujas procedentes del fondo marino, flotando, las palabras, oxígeno –maxi- teatral.

¡Arriba el telón!

¡Salud y Teatro!

Paco Alberola

Artículo anterior‘El imperio de la luz’: El final de una época
Artículo siguienteLos grupos de cámara de la OFUA ofrecen sendos conciertos en Córdoba y Alicante
Actor, director de escena, docente y autor. Doctor por la Universidad de Murcia. Ex profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. Ex director artístico del Festival Medieval de Teatro y Música Medieval de Elche.

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí