Seis jóvenes de la Generación Z quedan una noche de verano en las afueras de una gran ciudad para beber, bailar, hablar, besarse. El público les observa y escucha a través de una imaginaria ventana indiscreta que les da acceso durante una hora y media al universo íntimo de la adolescencia, cuando ésta se expresa sin filtros aparentes. Al verles hablar y comportarse como si nadie estuviese mirando, la obra construye una burbuja, un nido. Esta es la premisa de partida de Future Lovers, la pieza de gran formato y enorme potencia visual que protagonizará el lunes 6 de noviembre a las 20:30 horas en el Teatro Principal de Alicante la programación de la XXXI Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos.Se trata además del debut en la ciudad de La Tristura, una de las compañías más transgresoras surgidas en España en los últimos veinte años.
Producida por Teatros del Canal, Comunidad de Madrid y La tristura y escrita con el apoyo del Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM, Future Lovers es una de las piezas más icónicas del repertorio de esta reconocida compañía madrileña, fundada en 2004 por Celso Giménez, Itsaso Arana y Violeta Gil. En ella se lleva a su máxima expresión el concepto de teatro que distingue a este colectivo: la disolución de los límites entre la vida íntima y la vida pública. La fusión de lo personal y lo político encima del escenario.
“Esta obra recoge muy bien el tipo de narrativa que desarrollamos en La Tristura -apunta Celso Giménez-; una narrativa que juega dentro de los límites de un aparente naturalismo, pero dentro de un universo lúdico y profundo al mismo tiempo. Una de nuestras señas de identidad es la búsqueda de la idea de diversión, pero nunca con frivolidad. Siempre trabajamos con ideas complejas (e imposibles). En este caso las preguntas son: ¿Cómo éramos de jóvenes? ¿Cómo nos imaginábamos que sería nuestra vida? ¿Cuáles eran nuestras inquietudes existenciales? ¿Hasta qué punto las hemos resuelto?”.
Una aproximación universal a la etapa vital de la adolescencia
Future Lovers nos acerca a una generación a la que le ha tocado vivir en un mundo hiperestimulado y tecnológico que determina una nueva forma de relacionarse y amar. Pero la euforia, el miedo y el deseo de amar que observamos en este grupo de amigos no solo habla de su generación, sino de la de todos. La aproximación a la etapa vital de la adolescencia es universal, no específica de los jóvenes nacidos en el año 2000. “Aunque la estética es contemporánea y hay referencias concretas a la relación con las tecnologías, la idea de la obra es generar el encuentro entre distintas juventudes -señala Giménez-.
De hecho, el espectro de edad del público de Future Lovers es enorme: desde los 18 hasta los 60 años. Muchos de los espectadores mayores comentan con sorpresa lo parecido que les ha parecido lo que han visto con respecto a sus propias experiencias personales. Muchas veces, cuando el teatro retrata la juventud, lo hace levantando fronteras con otras generaciones. Nuestra intención es justamente la contraria; lo que nos interesa es construir puentes. Queremos demostrar que estamos mucho más cerca de lo que nos creemos. Es muy emocionante comprobar que nos unen muchas más inquietudes de las que nos separan. Future Lovers se centra por tanto en la energía inherente a la juventud de una forma atemporal”.
Otra de las claves de este espectáculo es su propuesta escénica. “En La Tristura trabajamos mucho con el espacio como disparador de ideas, hasta el punto de que muchas veces el germen de nuestras obras no es el texto, sino el atractivo del lugar donde van a ocurrir las cosas. En el proceso de creación de Future Lovers, teníamos muy claro que queríamos reproducir un espacio en el que uno pudiera relacionarse con sus iguales; un lugar situado al mismo tiempo fuera y dentro del mundo; en algún punto intermedio entre lo salvaje y lo civilizado. Cálido y con atractivo lúdico, pero también un poco peligroso. Esa paradoja era muy importante para nosotros. Por eso, el encuentro de los adolescentes protagonistas se produce al aire libre, en un bosque cercano a una gran ciudad, con el skyline como telón de fondo”.