El Teatro Principal de Alicante se prepara para una semana en la que el escenario se convierte en un territorio mutante: del vértigo acrobático a la mística musical, del drama más descarnado a la poesía luminosa de la magia. Cuatro propuestas muy distintas, unidas por la voluntad común de sacudir al público.
El miércoles 10 de diciembre abre la programación el Gran Circo Acrobático de China, una de las compañías más prestigiosas del mundo en su género. Su espectáculo invita a acompañar a un niño que cruza el umbral de la fantasía hasta encontrarse con el hada Fénix, guardiana de un universo donde el mar, el cielo y los cuerpos humanos parecen capaces de doblar sus propias leyes. La destreza física y la belleza visual se ponen al servicio de un relato que avanza entre el sueño, la aventura y la pura hipnosis escénica.
El jueves 11 de diciembre toma el relevo “Una noche de amor desesperada”, un concierto tributo que celebra los cincuenta años del mítico trío sevillano Triana. Dos voces y una banda de altura recrean la sonoridad de una formación que marcó a generaciones y que sigue siendo brújula emocional para miles de seguidores. Las canciones que alimentaron un movimiento entero —entre ellas El Lago, Abre la Puerta o Tu Frialdad— regresan en un homenaje construido desde el respeto absoluto y la memoria viva.
El sábado 13 de diciembre llega uno de los platos fuertes de la semana: “Las amargas lágrimas de Petra von Kant”, de Rainer Werner Fassbinder. Dirigida por Rakel Camacho y con un reparto encabezado por Ana Torrent, la obra explora la relación de poder, deseo y dependencia entre una diseñadora de éxito y la joven a la que decide convertir en musa. Una pieza que sigue latiendo con fuerza, afilada en su disección del amor tóxico y de las jerarquías invisibles que lo sostienen.
La semana culmina el domingo 14 de diciembre con “Dreaming Bubbles”, un espectáculo de magia y danza ideado por Whitedream, artista reconocido por sus récords internacionales con pompas de jabón. La propuesta invita a entrar en un universo efímero donde la delicadeza de una burbuja puede convertirse en una declaración de resistencia. Entre risas, asombro y poesía visual, el montaje reivindica la capacidad de seguir soñando incluso cuando la realidad amenaza con romperse.
