verónica es, sin duda, un paso adelante en la carrera del valenciano Paco Plaza , de lo cual me alegro muchísimo porque se trata de un trabajador de la industria audiovisual al que nunca le han regalado nada y siempre ha tenido que cúrraselo para poder llegar a realizar cada una de sus películas.
Con Verónica realiza un arriesgado ejercicio ya que, casi siempre, prescinde de los efectismos baratos que suelen caracterizar el género a ambos lados del Atlántico (vicio del que no se escapa del todo su compañero de fatigas, Jaume Balagueró) y apuesta por trabajar concienzudamente la atmósfera.
Porque cualquiera que vea Verónica y fuera adolescente-joven en la época en la que se desarrollan los hechos (el paso de la loca segunda mitad de los ochenta a la tenebrosa primera mitad de los noventa) se sentirá transportado a aquella oscura época del primer Telecinco, del “Quien sabe dónde” y de los numerosos casos de la crónica negra que hicieron que los españoles perdiéramos (otra vez) la inocencia. Esto no quiere decir, por supuesto, que los espectadores de otras edades diferentes a la del propio Paco Plaza (1973) no puedan disfrutar de dicha atmósfera realmente conseguida.
Se le puede achacar a su Veronica que, aunque hace bastante hincapié en que está basada en el único informe policial español que atestigua fenómenos paranormales (o, al menos, no explicables de una manera lógica) se aleja bastante de lo que realmente sucedió en aquella casa de Vallecas en 1991. Pero el objeto que nos ocupa no deja de ser, afortunadamente, cine y creo que una de las cosas que hace maravilloso al séptimo arte es la libertad para tomarse todas las licencias del mundo que le vengan en gana.
Por ello, Veronica se pone los cascos del Walkman y pasea por las calles del popular barrio madrileño al ritmo de unas canciones de Heroes del silencio que, sorprendentemente han envejecido muy bien sin perder su capacidad evocadora. Y entramos totalmente en el juego que propone el film: una atrapante fábula sobre la identidad y las contradicciones de la adolescencia. Además, Plaza no olvida en absoluto reflexionar sobre la soledad, el sentirse desvalido y la falta de herramientas emocionales y pragmáticas para solucionar los problemas que muchas veces se padece en esa época de la vida.
Por último, la ausencia de los progenitores ya sea por muerte o exceso de trabajo y sus consecuencias es lo que más miedo da en este recomendable film que tiene tiempo para el alivio entre cómico (la vecina) y surrealista (la monja ciega) que la historia requería.
FICHA ARTISTICA Y SINOPSIS
España, 2017.- 105 minutos.- Director: Paco Plaza.- Intérpretes: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, Consuelo Trujillo, Sonia Almarcha, Maru Valdivielso, Leticia Dolera, Ángela Fabián, Carla Campra, Samuel Romero.- TERROR.- Inspirada en una historia real sucedida en el madrileño barrio de Vallecas en los años 90. Tras hacer una ouija con unas amigas, una adolescente es asediada por aterradoras presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia.