Partiendo de la base de que estamos ante una secuencia totalmente innecesaria en términos creativos, artísticos y narrativos, la propuesta del director (al que suscribe) le parece tan atractiva como suicida.
Seguramente el director, Todd Phillips, tiene entre manos algún proyecto atractivo y, para obtener la financiación correspondiente, le pusieron como condición dirigir esta secuela. Eso sí, el éxito de la primera cinta fue tan descomunal que parece que no ha habido demasiadas cortapisas creativas por parte de Warner…lo cual, en este caso, resulta positivo.
El creador de este díptico ha ido tomando unas decisiones autorales que han provocado que cada vez más y más gente se haya bajado de su barco cinematográfico. Con la primera película se ganó el odio eterno de todos aquellos fans de los comics que no aceptan que los universos y personajes de los mismos no son de su propiedad y que cualquier autor tiene derecho a reinventarlos como le venga en gana, aplicando las metáforas sociales que le apetezca, cómo ya se hizo con el género más popular y comercial de su tiempo: el western. Joker era, por tanto, un film de superhéroes crepuscular. Y, cómo pasó con el western crepuscular, gustaba más a los que no idolatraban el western clásico o a los que, gustándole, tenían la mente un poco abierta. Sólo hace falta tenerla un poquitín abierta. Os lo aseguro. Pero la experiencia nos dice que eso es algo tan difícil…
Con esta segunda parte, Phillips defeca en todos aquellos (especialmente los cada vez más numerosos “incels”) que, como pasó con El club de la lucha, se quedan con la cáscara, con la superficialidad de la historia, malinterpretándola en una pose antisistema hueca, egoísta, reaccionaria e insolidaria. Todo ello en lugar de abrazar la crítica al desmantelamiento del estado del bienestar que deja por el camino a personas como Arthur Fleck que es, en realidad, de lo que iba la primera película. Es como ponerse una camiseta porque te parece molona y desafiante sin saber que significan esos símbolos y, realmente, moverse por la vida en oposición a dichos significados.
Al igual que le pasa a Fincher con los iluminados que flipan con El club de la lucha, por los motivos más erróneos que nunca pudo imaginar cuando la estaba rodando, o los tarantianos que nunca se pondrían a ver las infinitas joyas ocultas que ama Quentin, estos fans a los que Phillips detesta están representados en el arriesgado personaje de Lady Gaga. Arriesgado no sólo por su caracterización inicial sino por cómo vamos descubriendo quién es, cómo es ese personaje y a que capa social representa. Todo ello no recuerda a la forma en que los protas de Jarhead de Sam Mendes reaccionan entiendo todo al revés mientras ven Apocalypse now.
Por todo ello, el díptico de Phillips, en realidad, nos acaba mostrando como siempre pagan los mismos por un cocktail de motivos: búsqueda de fama y dinero por parte de los aprovechados de siempre, la utilización política e ideológica por parte de los líderes, las mentiras y errores de los familiares y la actitud de los privilegiados fascinados superficialmente por la desgracia humana, lugar al que le gusta hacer excursiones de las que es fácil regresar a la mansión familiar, sin riesgo alguno…es decir los fans más vociferantes de la primera entrega y el personaje de Lady Gaga
Si miccionar sobre los fans superficiales de la primera parte no era suficiente, el bueno de Todd llena el film de números musicales, el género posiblemente más denostado por los que van por la vida -cultural y general- de durillos, frikis e intensitos. Si bien los números que pertenecen a la realidad de la película están muy bien imbricados en la trama, los que pertenecen a la subjetividad mental del protagonista le restan cohesión interna lo cual provoca que el film avance a tirones, siendo este el principal defecto de la cinta.
Por supuesto, los valores de producción y las interpretaciones rayan a gran nivel, lo que culmina un resultado final que agradará a aquellos que no se dejen llevar por todos los prejuicios e ideas preconcebidas citados con anterioridad.
Esta película se estrenó en cines el 4 de octubre de 2024.
Título original: Joker: Folie à Deux. Estados Unidos, 2024.- 138 minutos.- Dirección: Todd Phillips.- Intérpretes: Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson, Catherine Keener, Harry Lawtey, Bill Smitrovich.- THRILLER DRAMATICO Y MUSICAL.
Tras crear el caos, Arthur Fleck ha sido internado en Arkham a la espera de juicio por sus crímenes como Joker. Mientras lidia con su doble identidad, Arthur no sólo se topa con el amor verdadero, sino que también descubre la música que siempre ha estado dentro de él. Secuela de ‘Joker’ (2019). (Fuente: Filmaffinity)
