Parece una película de otro tiempo y transita durante parte de su metraje por los trillados derroteros del biopic más académico, pero, afortunadamente, el guion dedica parte de sus páginas a temas colaterales a la biografía de Owens, tanto o más atractivos que la lucha del protagonista contra los prejuicios raciales a ambos lados del Atlántico.
Porque, es verdad que una de las cosas que más sorprende del nuevo film del veterano y nunca brillante pero tampoco deleznable Hopkins (Volar por los aires, Los demonios de la noche, Bajo sospecha y Llamame Peter –otro biopic, en este caso de Peter Sellers) es el tono crítico con el racismo inherente a la sociedad americana, llegándose casi a equiparar el trato recibido por los no blancos durante la historia americana y en la Alemania nazi, llegando a afirmar el personaje de Owens: “En realidad, no hay tanta diferencia”. Todo ello se explica porque aunque, una parte importante del equipo es estadounidense, la producción no lo es.
Pero no es menos cierto que el film presenta al menos cuatro líneas argumentales más que recuperan una de las virtudes de ese cine convencional pero efectivo de los 80 al que recuerda: la trama no se centra opresivamente en un solo tema, sino que deja aire para otros asuntos. A saber:
- La vida sentimental de Owens que no se suele tratar en pelis sobre el racismo donde los personajes parecen asexuados.
- La vibrante amistad que surgió entre Owens y su competidor alemán en salto de longitud que le supuso a éste ser ninguneado y enviado al frente como represalia del régimen nazi
- Los tejemanejes de algunos miembros del comité olímpico americano al aceptar sobornos a cambio de ignorar la petición de boicot de parte del pueblo americano a los juegos nazis.
- La lucha de la cineasta Leni Riefenstahl (magníficamente interpretada por Carice Van Houten, la inolvidable protagonista de El libro negro de Verhoeven) con el ministro de propaganda nazi, Goebbels para conseguir realizar el documental sobre los juegos (Olimpia) que ella quería.
Todo ello enriquece el film y demuestra que la obsesión actual por la esencialidad en los guiones no funciona para todas las historias. El primer tercio del film nos introduce a la perfección en los personajes y la historia, sin prisa pero sin pausa, fluyendo perfectamente. Es cierto, que mediada la proyección, el bache narrativo es importante y parece casi definitivo.
Afortunadamente, la peli llega a Berlin y crece ante nuestros ojos. La recreación de aquella histórica olimpiada es impecable y emocionante. Quizá le cuesta algo llegar al desenlace, pero la sensación final es la de estar en el hogar dulce hogar del cine disfrutable.
Canadá-Francia-Alemania, 2016.- 106 minutos.- Director: Stephen Hopkins.- Intérpretes: Stephan James, Jason Sudeikis, William Hurt, Jeremy Irons, Carice van Houten, Amanda Crew.- DRAMA HISTORICO.-
Narra la historia del mítico atleta Jesse Owens, el coloso de la velocidad que saltó a la fama en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, cuando dejó al mundo boquiabierto con sus espectaculares marcas que echaron por tierra la teoría de Hitler sobre la supremacía de la raza aria.