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nochece en el Castillo de Santa Bárbara. Es el lugar donde nos ha citado Gaby Navarro para hablarnos de su magnífica colección de más de 20.000 piezas en torno a la Guerra de las Galaxias que se muestran en la exposición ‘Toda la Galaxia en el Castillo’ en la fortaleza de Santa Bárbara, donde agota sus últimos días, hasta el próximo 15 de febrero de 2015.
Navarro, con mucha simpatía y cercanía, ha venido al Castillo a recoger unos estandartes para un macrodesfile de la Legión 501-Spanish Garrison en Madrid, una asociación con fines benéficos integrada por seguidores de Star Wars ataviados con trajes que rozan la perfección. En esta entrevista, nos desvela los orígenes de su colección y nos explica las razones de la fascinación que esta saga sigue despertando en todo el mundo.
¿Cómo se llega a recopilar más de 20.000 piezas de la Guerra de las Galaxias?
Pues como digo siempre, con mucha paciencia, sin prisa y con vocación desde la infancia. Yo empecé a coleccionar a los 4 años. Vi la película a esa edad, un año después de su estreno en 1977. Era muy revoltoso, estaba en un cine de verano corriendo arriba y abajo, mis padres me sentaron cuando empezó la película y después de las letras empezó un espectáculo visual, las naves pasando por encima de tu cabeza, R2-D2 y C3-PO huyendo, los stormtroopers… fue un flash. Me enganchó y lo primero que quise conseguir fue el soldado de asalto, el muñequito blanco. Y, de hecho, en la exposición le hemos querido rendir un homenaje con el blister gigante, donde la gente se puede meter, por ser la primera figura que me compré y que se agotó esa misma Navidad.
Lucas empezó a vender objetos de la película antes de su promoción: camisetas, pósters, chapas, muñecos, incluso sacó a la venta tres meses antes del estreno de la película la novela y el cómic. Eso hoy en día es impensable. Por eso cuando fue el estreno, las colas en los cines daban la vuelta a la manzana.
¿Qué tiene de especial Star Wars?
La ciencia ficción estaba muy mal tratada en aquel entonces, la mayoría de las películas, excepto ‘2001’, eran un despiporre, muy malas. Entonces, Lucas reinventa la ciencia ficción, aunque nosotros más bien consideramos la película una ‘space opera’, con buenos y malos, naves espaciales, un futuro que realmente no lo es, nadie salva a la Tierra, no están los americanos para salvarnos… fueron muchos los elementos que la hacen única. Es otra galaxia, es otro momento, de hecho se supone que ya ha pasado… Es un cuento de hadas atemporal.
También hay elementos muy conocidos con referencias al cine bélico, a la época de Vietnam. Es una película de guerra a la antigua usanza: el Eje contra los Rebeldes. Yo la equiparo a aquellas películas como ‘Los cañones de Navarone’, ‘Los doce del patíbulo’, ‘Los valientes de Kelly’… Toda esa estética es muy reconocible. En los destructores ves navíos, los cazas son como los Spitfires -los aviones de la segunda Guerra Mundial en los que se basó Lucas para los X-Wing-, los stormtroopers son una mezcla de los soldados japoneses y los alemanes, las armas incluso son armas disfrazas, el blaster de los imperiales es la sterling.
Además en la escena en la cantina, Han Solo va vestido como Gary Cooper, protagonista de ‘Solo ante el peligro’. El vaso de leche del vaquero que entra rodeado de gente que bebe whisky… Es un caramelo, un envoltorio precioso, tan bien disfrazado que te gusta. En el ‘Retorno del Yedi’, la escena del desierto es como las películas de los piratas. En cultura popular, Lucas es un experto, además se retroalimenta. Star Wars ha salido de la cultura popular y ahora ésta hace referencias a Star Wars.
Me centro sobre todo en los muñecos; todo lo que colecciono lo disfruto y lo juego, no lo compro para meterlo en un cajón
La procedencia es variada. Al principio, compraba en jugueterías de aquí, muchas de las cuales ahora ya no existen. Las figuras las vendían por unas 300 pesetas, mi abuelo me daba el dinero y me decía: “¿no había una cosa más fea?”. A mí, cuanto más feo, más me molaba, porque era más difícil de conseguir. Yo también he tenido la suerte de trabajar en una oficina, de modo que he tenido Internet desde el principio. Hice muchos contactos con gente de Estados Unidos.
Empecé en 1977 y acabé en 1985. Había muñecos, videojuegos y algún que otro cómic. En 1995 hubo de nuevo un boom e hice un contacto muy bueno en Estados Unidos, Steven Damigella que me compraba todo lo que allí salía, en portales de subastas, convenciones…, que aquí no llega.
Yo me centro sobre todo en los muñecos. Todo lo que colecciono lo disfruto y lo juego. No compro por comprar para meterlo en el cajón.
¿Cuáles son tus piezas más preciadas?
Sobre todo las figuritas de 3 – 3/4, que son de 10 cm, y naves. Esa colección es la que intento mantener al día. Puede que sea la colección más completa de Europa.
¿Qué expectativas tienes ante la próxima entrega de la saga prevista para 2015?
Tengo bastante fe. Era más complicado hacer las precuelas. La continuación resulta más fácil. Ahora hay mucho que contar; han pasado 30 años, mucho tiempo desde el inicio. El Imperio puede sobrevivir y hay historia que contar.
La exposición ‘Toda la Galaxia en el Castillo’ puede visitarse hasta el próximo domingo 15 de febrero de 2015, en horario de 10 a 14 h. y de 16 a 20 h.