Envidia Kotxina en Rabolagartija 2025 - © Javi Aix.

Una crónica de Alba Roca, con las fotografías de Javi Áix.

El pasado fin de semana asistimos a la tan esperada edición del festival Rabolagartija 2025, ubicado como siempre en el Polideportivo municipal de Villena.

Cada año el evento proporciona distintos servicios para hacer la experiencia mucho más completa. Entre ellos, el camping desde el día 14 de agosto, la tan agradecida piscina, foodtrucks a montones con comida variada y un recinto adaptado con zonas de descanso y fuentes de agua.

Esto hace que la fecha la reserve un público muy amplio: jóvenes que empiezan a descubrir sus tendencias musicales, no tan jóvenes de la vieja escuela y familias con niños de todas las edades.

Aunque sí hemos podido ver algún que otro cambio, por ejemplo la duración del festival. Esta convocatoria se compuso de dos días y no de tres como de costumbre, lo que se ha recibido con agrado y sin protesta por parte del público.

Otra novedad que encontramos fue la desaparición del escenario pequeño, el “Caparrilla stage”, quedando todos los grupos partícipes ubicados en los dos escenarios principales, el “Camarón” y el “Rockberto”.

Un cartel muy potente

La jornada del viernes 15 arrancó con Loncha Velasco que saltaron a escena a lo grande, la banda actuó el año pasado en el Caparrilla donde pudimos comprobar que ese espacio se les quedaba pequeño tanto a ellos como a sus fieles. Un directo brutal y desgarrador para entrar en calor por si los 36 grados no eran suficientes.

Tras ellos fue el turno de Manifa, desde Bilbao vinieron estos punkis pintados de payaso para ponerlo todo patas arriba con sus letras afiladas y disparando palabras como balas. Es la primera vez que los vascos pisan el Rabolagartija y se les vio muy a gusto y arropados por una masa de clowns caracterizados para la ocasión.

A las 18:30 h. Los Porretas se marcaron un directazo cargado de temas míticos como “Ultima generación”, “El abuelo fue picador” y “Y aún arde Madrid” en honor y memoria a su primer vocalista Roberto Mira, más conocido como Rober.

Los que también hicieron un repaso por su reciente trayectoria fueron Tropa do Carallo. Evaristo Paramos vuelve a soltarse la melena con su última banda demostrando que es leyenda viva del punk y su gente demostrándole fidelidad eterna al unísono.

Era la hora de la cena cuando Koma nos quitó el hambre, el hipo y el sueño con el repertorio de su gira “Una ligera mejoría antes de la muerte”.  Difícil no levantar polvo del suelo con los navarros.

Turno de un grande, Enrique Villareal, o como todo el mundo le conoce, El Drogas. Sus zapatos de punta, su voz desgarrada, su movimiento de bastones hacen que verlo sea un espectáculo admirable lo hayas visto una o cien veces. Hizo un recorrido por sus más de 40 años en la música y una versión de “Enemigo público” de Cicatriz.

El toque de mestizaje comenzó con Canteca de Macao, unos buenos bailoteos chill-ska acompañaron al grupo desde los pies del escenario. Seguidos de cerca por los valencianos La Fúmiga que no dieron tregua a los asistentes; está claro que ir con chanclas en este concierto no era buena idea, pues podías llevarte algún pisotón que otro.

Llegó el momento de O´Funk´illo para celebrar su 25 aniversario repartiendo groove del bueno desde Sevilla hasta Villena. Y dando un poco de tregua porque volvimos a quemar zapatilla con el tributo a Ska-p. “El gato López” compuesto por varios miembros del grupo oficial, y repitiendo un año después, cerraron la velada por todo lo alto.

La jornada del sábado 15 comenzó muy temprano, a las 12:00 h. en la plaza Mayor de Villena con la vuelta a los escenarios de Iratxo.

 Y volviendo al recinto, aún haciendo la digestión de la comida, el pronóstico de afluencia por las temperaturas era expectante. Pero los 43 grados no frenaron a nadie. Manolo Kabezabolo es muy querido y tras la repentina cancelación de la anterior edición, la gente ansiaba su vuelta al jolgorio. La zona de sombra se llenó y mientras la organización rociaba al público con una manguera a presión, los himnos se coreaban con unanimidad.

Sobre las 17:00 h. subieron al “Rockberto” la banda emergente Catalina Grande Piñón Pequeño, que no dejó a nadie indiferente. El cantante lo mismo brindaba con un orinal, que de repente lo hacía con una plancha de ropa o un deposito de gasolina.

Y no una, ni dos, ni tres son las veces que Alademoska visita el cartel del polideportivo. Pese a unos desajustes de sonido iniciales supieron levantar su show y dejar a los allí presentes sin aliento.

Envidia Kotxina nos dejó sin aliento y sin voz. Y no es para menos pues su primera canción fue “Día tras día”, que si la conoces ya sabes a lo que me refiero. De ahí en adelante repasaron toda su trayectoria sin dejar nada en el tintero.

Pero si a alguien le quedaba un hilo de aire lo agotó con el himno “Perdóname Madre” de Kaos Urbano. Los de Alcobendas pisaron por primera vez el Rabolagartija y se notó que había ganas de ver su directo.

La cena del sábado la amenizó La Fuga, su rock hizo vibrar a todos los corazones que les acompañaban, pues esta banda nunca falla si de llegar a la patata se trata.

Y con los sentimientos a flor de piel recibimos a la banda más esperada del día. Colas y gentío en masa en cuestión de minutos para recibir a La Raiz, que después de cinco años vuelven a uno de los escenarios que los ha visto crecer. A falta de uno de sus vocalistas y fundadores, al cual recordaron cariñosamente y desearon una pronta recuperación, el grupo de Gandia hizo un pase apoteósico que bien recordó a la actuación de sus “hermanos” Zoo en la edición pasada.

Otra vuelta muy aclamada se hizo posible en el festival. Riot Propaganda hicieron trinchera sobre las tablas. La alianza de Habeas Corpus y los Chikos del Maiz también conocida como La Banda del Crimen, fulminaron con su rap combativo a todo lo que oprime en esta sociedad.

Y de celebración por otros 25 años acompañamos a los Kaótiko con su “Otra noche”, “No me haces bien”, “Rico deprimido” o “Paranoia”.

Boikot, ya fijos de cartel, fueron los penúltimos de la velada y en el momento de cantar “Bajo el suelo” subieron a un grupo de chicas del público para corearla en armonía.

Nos despedimos de esta celebración del festival con el tributo de Extremoduro “Pedrá”, fieles a la interpretación del grupo original, dejaron con muy buen sabor de boca a los que allí se encontraban.

Esta claro que las altas temperaturas de agosto no hacen dudar a un lagartijero de corazón, así que… 

¿Para cuándo estará disponible el próximo cartel?

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