IBISA, empresa creada por la alicantina María Mateo, ingeniera de telecomunicaciones especializada en comunicaciones por satélite, es un sistema de micro seguros inclusivos que a través de la tecnología blockchain (cadena de bloques) y los satélites de Observación de la Tierra ofrece a más de 500 millones de pequeños agricultores de todo el mundo -especialmente de zonas remotas de África, Asia o Latinoamérica- compartir sus riesgos de manera solidaria, a quienes las aseguradoras no cubren.
Se trata de una nueva generación de seguros inclusivos que permite compartir riesgos entre los agricultores, sin intermediarios y cuya principal innovación consiste en usar blockchain para promover la solidaridad entre agricultores sin intermediarios e introducir la evaluación de pérdidas a partir de imágenes por satélite.
IBISA competirá el próximo 4 de julio en la semifinal europea de los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social para lograr un puesto en la final que se celebrará el 10 de octubre en Madrid. Sólo tres emprendedores obtendrán 30.000 euros para financiar e impulsar su proyecto.
Según su fundadora, “las grandes aseguradoras tienen unas limitaciones en el riesgo imposibles de absorber por su propio modelo de negocio, por ello nunca se ha podido encontrar un modelo viable para microseguros de cultivos”. La verdadera innovación de IBISA consiste en utilizar la blockchain para su propiedad, distinta de la que usan los aseguradores hasta hoy: la descentralización de las operaciones con transparencia y confianza.
Con esto, según la empresa, se pueden reducir drásticamente los costes, al innovar en tres campos: Mantener una contabilidad rigurosa y transparente de las contribuciones y compensaciones peer-to-peer de todos los agricultores; usar blockchain para que cualquier persona en el mundo pueda observar y evaluar daños previa y posteriormente, mediante las imágenes por satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), usando crowd-watching (otra de las innovaciones de IBISA); y diseñar productos aplicando cálculos actuariales rigurosos, pero que tienen en cuenta a los agricultores, para definir cómo compensar mejor los daños sin poner en peligro la solvencia de la comunidad.
IBISA trabaja a través de socios locales, que conocen la zona y a sus clientes. Cuando el agricultor decide qué cobertura asumir, el partner le da de alta en la plataforma para que pueda, a partir de ese momento, realizar él mismo -sin necesidad de intermediarios- cualquier gestión a través de su teléfono móvil (no necesariamente smartphone) mediante SMS.
Cada mes, IBISA hace una evaluación automática del terreno de manera proactiva sin necesidad de que haya una reclamación. De esta manera puede hacer indemnizaciones parciales o totales al agricultor en caso de necesidad, lo que supone para ellos una gran ventaja y protección. “Esto nos permite proteger al agricultor, si algo va mal se le realiza una indemnización parcial, para que pueda tener una estabilidad en sus ingresos”, comenta María.
En cuanto a las cuotas, ésta es anual no ligada a la estación. El 80% del volumen se utiliza para hacer frente a las indemnizaciones y el 20% es para IBISA y sus socios. Además de María Mateo, el equipo fundador de IBISA está integrado por la holandesa Annette Houtekamer, especializada en seguros inclusivos, el francés Jean-Baptiste Pleynet, matemático experto, “actuario” en el mundo asegurador (mide los factores de riesgo de cada producto asegurador, realiza simulaciones etc.) y el vietnamita/frances Vu Tien Khang, que es especialista en datos de Observación de la Tierra y en blockchain.
IBISA ha sido seleccionada entre más de 200 proyectos procedentes de 26 países y competirá el próximo 4 de julio en la semifinal europea de los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social, como una innovación aseguradora que da protección a pequeños agricultores de países emergentes.
Para Mercedes Sanz, directora de los premios, “esta segunda edición muestra la gran capacidad transformadora de las iniciativas seleccionadas y el importante impacto social que proponen. Estamos ante un proceso imparable en el que la innovación social se erige como respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad que contribuirá en ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas en las diferentes regiones del mundo”.
Más información, en la web de IBISA