¿Mmejor solo que mal acompañado? Es la pregunta sobre la que reflexiona en su última performance Manuel Antonio Velandia Mora, artista transdisciplinar y estudioso de las sexualidades y los derechos sexuales entendidos como derechos humanos. Su show, con el que se despedirá de los escenarios alicantinos, tendrá lugar el jueves 7 de febrero a las 21:30 horas en Viva la Pepa.

“Diversos estudios han demostrado que estar en una relación o un matrimonio infeliz puede causar estrés, lo que, a su vez, afecta a la salud física. En particular, las personas que no están conformes con su pareja podrían estar en mayor riesgo de depresión, presión arterial alta y enfermedades del corazón, incluso”, afirma Ashley Barr, en la revista The Journal of Family Psychology. Múltiples relaciones concatenadas terminan afectando la salud física y mental.

Esta reflexión científica motivó en Velandia la creación de esta performance. Velandia, quien investiga en la cultura de los cuidados sostiene que «hombres y mujeres han repetido reiteradamente el dicho popular que dice ‘es mejor estar solo que mal acompañado’, pero la experiencia relacional afectiva de muchas personas se basa en el miedo a la soledad, al aislamiento y ese temor los lleva a aceptar relaciones que no desean…».

Viva la Pepa presenta la performance 'All by myself / Completamente solo' en ESCENA

Otros afirman que ¡la soledad es mala compañía!. No obstante, para este artista es diferente estar solo que aislarse. La soledad es intrínseca al ser humano, forma parte de nuestra esencia. El aislamiento puede ser una decisión tanto particular como social. Es decir, puedes optar por no relacionarte o ser excluido socialmente, en este caso habría que ver si tú creas las situaciones para que ello suceda o es discriminación.

Para Velandia la vida es una experiencia performativa de la que surgen narrativas que por su construcción pudieran llamarse contemporáneas. Estas narrativas igualmente son políticas en la medida en que atentan contra el “deber ser” establecido en la moral judeocristiana de lo que debe ser un hombre o una mujer. Desde su propia subjetividad el performer construye una acción performática reflexiva que se plantea el mundo desde la periferia de las sexualidades y las relaciones de pareja clásicas y formales.

Podríamos acompañarnos de nosotr*s mism*s o encontrar al alguien que realmente nos merezca, es probable. Velandia plantea: «¿Usted qué piensa de ello? Venga y descubra lo que cree saber o ¿prefiere seguir ignorándolo?» Es el interrogante con el que el artista invita a la puesta en escena de este proceso creativo.

Con un llamativo vestuario y unos atrezos que hacen una lectura visual de lo masculino-femenino de todos los seres humanos, llama la atención el cerebro que ha sido creado con vasos transparentes para significar la estructura de éste, dispuesta a recibir información por parte de educastradores que dividen el mundo dicotómicamente, poniendo en los extremos lo masculino y lo femenino, negando la integralidad del ser humano y sus necesidades afectivas y sexuales.

La obra de apenas 25 minutos de duración no dejará indiferentes a l*s espectadores, porque las preguntas y reflexiones del perforare, según señala, son también las de todo ser humano solter*, separad*, viud*, casad*, cazad*, amig* con derecho a roce, tinieblo, amante, solitari*, passe-temps sexual, hombre y mujer de mundo, e incluso a ti, que no te logras clasificar en ningún género, orientación sexual o tipo de pareja, trieja, pareja abierta… trabajo colaborativo sexual.

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