El Festival de la ciudad de Avignon se caracteriza particularmente por ser un festival veterano del sureste de Francia–lo inicia en 1947 Jean Vilar– y por ser evento cardinal de las artes escénicas en general y disciplinas adyacentes.
Lo forman el festival oficial, el llamado Festival de Avignon, que este año presenta su 76ª edición, y el adjunto, llamado Festival Off Avignon, que cumple su 56ª edición.
Ambos festivales –en realidad constituyen un solo cuerpo- son complementarios y facilitan que durante el mes de julio la ciudad se convierta en el centro internacional de las artes escénicas. Está dirigido por Olivier Py y Paul Rondin desde 2013, y acontece en el mes de julio.
En Avignon tiene lugar un acontecimiento artístico que podemos calificar como multidisciplinar e interdisciplinar, descentralizador y a la vez aglutinador, comprometido con su tiempo, actual, crítico, cosmopolita e intergeneracional, extenso en tiempo y a la vez intensísimo de contenidos, y por supuesto internacional, con espíritu festero y vigor festivo, brío efusivo et courage -ánimo- participativo.
Durante este mes, en la ciudad no se ven las vallas, ni los bolardos, ni las papeleras, ni los semáforos, envueltos o forrados con el papel de carteles y programas que anuncian y verifican la fiebre efervescente de la actividad teatral. La cartelería desplegada por las compañías de teatro la inunda, cubriendo puertas y ventanas –algunas- y paredes, invitando a asistir a los espectáculos, invitación que también se encargan de realizar los propios teatreros que a modo de animadores recorren calles y plazas predicando, gesticulando acciones, mostrando fragmentos de sus obras, etc. El ambiente es gracioso, un donaire, a cualquier hora, y deslumbrante –éblouissant –.
La ciudad está tomada literalmente por el teatro en todas sus manifestaciones, y también por los ciudadanos que posiblemente salgan de ver un espectáculo o estén de camino hacia alguno de los centenares de trabajos que se muestran, desde la mañana hasta la noche, casi a todas horas, de tal forma que cada día en un mismo espacio teatral se pueden ver hasta más de veinte trabajos, distribuidos en diversas salas, espacios, horarios… C´est prodigieux –portentoso- et admirable.
Del llamado Festival Avignon, nombrarles que dispone de una treintena de espacios de exhibición, magníficos lugares, con un poderío estructural o arquitectónico cercano o próximo a las producciones que se muestran; el más emblemático de los espacios es el llamado Palacio de los Papas, una impresionante construcción en piedra capaz de espantar al más listo, que junto a otros como la Iglesia y Claustro de los Celestinos, la Chapelle de los Penitentes, La Fábrica, el Teatro Benedicto XII, la Opera Gran Avignon, la Cantera de Boulbon o la Casa de Jean Vilar, forman el cuerpo escénico oficial del festival. En ellos se programa tanto representaciones teatrales como música, proyecciones, debates, talleres, poesía, danza, lecturas… Contondant –contundente-, sin palabras.
En cuanto al Festival Off Avignon es un aluvión escénico de autores, textos, intérpretes, estilos, géneros, formatos…; y teatreros y teatristas de todas las edades, formados en todas las disciplinas imaginables. El Off Avignon lo forman autores de toda época, reconocidos y desconocidos, clásicos o contemporáneos, que nos muestran desde las más recientes creaciones –a veces colectivas- hasta revisiones de mitos o recreaciones o nuevas dramaturgias de textos traídos al presente, etc.
Encontramos en cartelería obras de Ionesco, Genet, Beckett, Camús, Rosa Díaz, James Joice, Sartre, Pessoa, Harold Pinter, Mamet, Nathalie Sarraute; también Shakespeare, Gogol, Ovidio, Homero y por supuesto, Moliere, Corneille y Racine; y otros muchos autores que creo reconocer procedentes de otras disciplinas no necesariamente escénicas. He encontrado una propuesta con textos de Antonio Machado y una recreación sobre las tragedias rurales de Lorca –“Bodas de sangre”, “Yerma”, “La casa de Bernarda Alba”-; he encontrado un texto antiquísimo y fascinante como es “De profundis” de Óscar Wilde…; he encontrado espectáculos que recurren a las marionetas, títeres, máscaras, objetos, y otros con formato comedia musical, mimo, teatro clásico, teatro experimental, improvisación, performance, comedia del arte –Carlo Bosso y Stefano Perocco, con los que trabajé hace dos siglos en la Universidad de París-; he encontrado un texto enigmático, premonitorio, “Los Persas”, de Esquilo –le llaman Eschyle-, también algo de Dostoievski, o Dumas, Pirandello, o Jack London, Kafka o Sarah Kane. ¡Exubérant!
Lo cierto es que hay una excelente organización sin la cual sería impensable que todo esto pudiera suceder. Es una experiencia única estar en Avignon. Y les encomiendo, sobre todo a nuestros jóvenes teatreros, a que asistan…; a entrar a los lugares, a ver espectáculos, a deambular por las calles, que también son materia escénica, senda y lugar de encuentro. En la ciudad de Avignon las compañías sacan a la calle sus propuestas y representan fragmentos, cualquier esquina o cruce de calles es buena para soltarse con parte del repertorio musical de Carmen o el Conde Monte Cristo, con un paso cadencioso de danza, o con personajes ataviados con bonete de cura, o peto y arnés de Cyrano, narices de payaso, sombreros de época, animación, performance, teatro de calle, teatro de sala en calle, etc.
Por último, como anécdota, ahí van algunos datos sacados, en parte del libreto de programación del Festival Off Avignon, un tocho que pesa casi un kilo, tanto como una tesis doctoral; les indico que el informe puede ser emocionante. Forma casi una pequeña enciclopedia de la historia de teatro concentrada en la puesta en escena, recorrido que abarca desde los clásicos griegos y latinos hasta el teatro contemporáneo inmediato. Y todo eso se podría ver en menos de un mes, si tuviéramos la capacidad de dividirnos en varios, claro.
En el dicho manual de programación, en primer lugar, contabilizo, siempre aproximadamente, alrededor de mil setecientos autores, que firmarían un total de más de mil quinientas propuestas escénicas, sean originales, sean versión o recreación, o refundición, o creación colectiva, organizadas en lo que denominan Index des spectacles par style: café-teatro, clown, comedia, danza, improvisación, magia, poesía, solo en escena, teatro clásico, teatro musical, tragedia, etc. Contabilizo un total de ciento veinticinco salas o teatros en los que se representa –más la treintena del festival oficial-, que en conjunto conforman un total de más de doscientos quince espacios de exhibición; hay espectáculos accesibles a personas con dificultades visuales, o auditivas, y también una clasificación en función de la edad –desde 1 año hasta 13-; hay un listado de compañías participantes, tanto francesas como extranjeras –entre ellas Australia, Irlanda, Grecia, Italia, España y otras-, que suman un total aproximado de dos mil agrupaciones profesionales, que aportan un espectáculo, y algunas dos o más, etcétera.
Si accede a la ciudad en tren, al salir de la estación tendrá una sorpresa: verá una gran avenida larga, llena de gente, que le lleva hasta el Palacio de los Papas. Creerá que es una manifestación: no es cierto; son los miles de ciudadanos y profesionales que dan vida, una edición más, a este festival regio en el que todo -¡todo!- es teatro. ¡C´est magnifique!
¡Salut et Théâtre!
Paco Alberola