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na decena de esculturas de tierra refractaria, hierro y madera, pinturas, dípticos y acrílicos sobre tabla y papel conforman la exposición multidisciplinar ‘La escritura ciega’, de Miguel Borrego (Valencia, 1963), que exhibe el Centro Cultural Las Cigarreras (C/ San Carlos, 78, Alicante) del 23 de mayo al 29 de junio. La exposición, que cuenta con la colaboración del Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento y la Diputación de Alicante, muestra imágenes veladas que hablan sobre el paso del tiempo.
Para evocarlo, las representaciones carecen de contorno definido, «son materia que se diluye en la forma, más allá de la huella que pretenden captar, reivindican en su disolución formal el paso del tiempo». Reflejan «un mundo que se quiebra, en su evidencia de fragmento y muerte». El proyecto, de un marcado carácter integrador con el espacio expositivo, profundiza en el icono negro (Malevich, Reindhart, Duchamp,…) y en la negación de la imagen, en aquello que indica que la imagen está ahí, pero escondida tras una cortina de sombra. El resultado es la creación de un espacio que revela el carácter fantasmagórico de la representación.
La exposición nos habla de esa distancia que establece un desplazamiento hacia el interior de las imágenes y supone un descenso a la frontera de las sombras
Para el artista, mutilar el encuadre y ocultar parcialmente la imagen es un intento de otorgar un estatus material y connotativo al procedimiento empleado, más allá de la dimensión visual de la obra.
El proyecto nace como un conjunto de relatos en imágenes y se desarrolla en paralelo a la actividad realizada por el escultor Miguel Borrego en los últimos años en torno a la memoria y la respuesta, la expresión y la comunicabilidad.