El agua contaminada o en mal estado constituye un foco de enfermedades que puede degenerar incluso en la muerte. Tras una catástrofe, ya sea un huracán, un terremoto o una inundación, el suministro de agua potable suele quedar interrumpido, agravando aún más la ya de por sí desesperada situación de la población.
Con motivo del Día Mundial del Agua y dentro de los actos conmemorativos del 120 aniversario de Aguas de Alicante, la empresa ha hecho entrega hoy, 22 de marzo, de una potabilizadora portátil de emergencia para situaciones de catástrofes naturales a la asociación Voluntarios del Grupo GEA.
Francisco Bartual, director general de Aguas de Alicante, ha indicado que la potabilizadora es un nuevo prototipo, con capacidad de abastecimiento para una población de hasta 5.000 personas, y se trata de una acción muy acorde con la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa implementada en Aguas de Alicante.
Por su parte, Amelia Navarro, directora de desarrollo sostenible de la empresa, ha añadido que este acto coincide con la celebración, hoy, del Día Mundial del Agua, y ha explicado que hace un año dos integrantes de la ONG solicitaron a Aguas de Alicante su colaboración para disponer de una potabilizadora. Los voluntarios de esta asociación cuando acuden a un país tras una catástrofe natural lo primero que detectan es que la población enferma y muere por el consumo de agua contaminada. Aguas de Alicante se ha encargado de aportar el personal técnico voluntario y los materiales necesarios para realizar la potabilizadora portátil, ha añadido.
El Grupo GEA trabaja en tres campos: acción social, Medio Ambiente y actuación en emergencias. Esta última labor tiene una vocación internacional en respuesta a catástrofes, donde una de las necesidades más perentorias es el acceso a agua de calidad, ha explicado Iván Rodes, miembro de la ONG. «El agua salva tantas vidas como un grupo de rescate», ha afirmado.
Con esta potabilizadora, la asociación trabajará en varias líneas: dar visibilidad a la potabilización de agua en situaciones de emergencia; utilizarla en los cursos de potabilización en emergencias; y llevarla a un país que sufra una catástrofe. La potabilizadora tiene un coste aproximado de 3.000 euros, sin contar la mano de obra utilizada. A la hora de transportarla a un país que la necesite, normalmente la ONG tiene convenios de colaboración con ciertas compañías aéreas para que su traslado carezca de coste.