L
a última edición de la Feria del Libro de Alicante, celebrada del 23 de abril al 4 de mayo de 2014 en la Avenida Federico Soto, se ha saldado con un rotundo éxito, tanto de público como de ventas. La actual edición ha recibido alrededor de 100.000 visitas y se han vendido en torno a 30.000 libros, duplicando las cifras del año anterior, según la Asociación Provincial de Libreros de Alicante, organizadora del evento junto al Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.
Durante doce días, los visitantes pudieron recorrer 30 casetas y conocer de cerca a más de 60 autores. Por la feria pasaron nombres reconocidos como el último Premio Azorín de Novela 2014, Ramón Pernas, por su obra Paradiso; Vicente Molina Fóix y Luis Cremades, autores de El invitado amargo; la poetisa y traductora barcelonesa Clara Janés, autora de Orbes del sueño; y el periodista y escritor madrileño Ignacio Elguero, que presentó Leif Garret en el dormitorio de mi hermana. Entre los autores alicantinos, acudieron Mariano Sánchez Soler, con Equipaje ligero; Juan Luis Mira, con Papúa; y Paz Castelló, con La muerte del nueve.
Este año, la feria tuvo como tema central el centenario de la publicación de la célebre obra de Juan Ramón Jiménez Platero y yo
La joven Ana Pomares presentó Generación alada, mientras que Miguel Ángel Pérez de Oca, su obra El
La poesía tuvo cabida en dos mesas: la primera, con José Luis Zerón, Ramón Bascuñana, Natxo Vidal, Milagros Román y Luis Bagué, y la segunda, con Pilar Blanco, José Luis Vidal, Juan Ramón Torregrosa, Juan C. Lozano y Antonio Moreno. Este año, la feria tuvo como tema central el centenario de la publicación de la célebre obra de Juan Ramón Jiménez Platero y yo, imagen del cartel del evento.
El día de la inauguración se hizo una lectura pública del libro, el artista de hogueras Pedro Abad diseñó un burro Platero y la biblioteca Gabriel Miró acogió una exposición de obras relacionadas con este título y otras obras de Juan Ramón Jiménez. Entre otras actividades paralelas, se encontró una nueva edición del Concurso de Relatos Urbanos, abierto a cualquier persona interesada en presentar relatos manuscritos, que como novedad de esta edición reivindicó la escritura manual, en desuso por la implantación de las nuevas tecnologías.