I ndudablemente, la comedia juvenil se está renovando y se puede considerar uno de los mejores termómetros del brutal cambio social producido por la suma del auge de las redes sociales y la definitiva supremacía del conservadurismo iniciado en la era Reagan-Thatcher.
Si Superbad y Adventureland, dos obras mayores de Gregg Mottola, mostraban un realismo mayor y un alejamiento de las divertidas muestras del género repletas de zafiedad, inconsciencia e irresponsabilidad de la época pre-Sida y pre-integración de colectivos marginados, cintas recientes como Blockers, o la que nos ocupa, intentan aunar, con éxito, lo lúdico y el respeto hacia las diferentes opciones de vida.
La cinta ha sido vendida como la primera película de instituto con protagonista gay producida por Hollywood, concretamente por la bastante conservadora Fox. El temor que nos invadía es que ese fuera su único mérito. Pero no, el film es dinámico, entretiene en todo momento, presenta personajes con cierta profundidad y no sólo se centra en la elección sexual del protagonista.
Por ello, sin ser ningún gran logro sí se erige como una cinta defendible que incluso se permite alguna licencia de puesta en escena como un disfrutable número musical o algún recurso de edición logrado.
Estados Unidos, 2018.- 126 minutos.- Director: Greg Berlanti.- Intérpretes Nick Robinson, Jennifer Garner, Josh Duhamel, Katherine Langford, Alexandra Shipp, Logan Miller, Keiynan Lonsdale, Jorge Lendeborg Jr., Talitha Bateman, Tony Hale, Natasha Rothwell, Miles Heizer, Joey Pollari. DRAMA DE INTRIGA. – Simon Spiers es un joven de 16 años que tiene una vida normal, unos padres geniales, una hermana pequeña con la que se lleva bien y un grupo de amigos de gran confianza. Pero Simon tiene un secreto, es gay. Cuando un día uno de sus e-mails cae en manos equivocadas, Simon verá cómo las cosas se complican extraordinariamente, y deberá enfrentarse a una situación que pondrá en peligro la vida que llevaba hasta ese momento.
