Hace un par de meses que la escena editorial independiente cuenta con un nuevo miembro, Tolstoievski. El encargado de su puesta en marcha es Ralph del Valle, el escritor alicantino ha creado el sello con la intención de acoger a autores emergentes y darles la oportunidad de darse a conocer, apostando por una mayor transparencia y un mejor trato al autor. Hablamos con él en Pynchon&Co, la librería alicantina donde se vende el primer libro publicado por Tolstoievski, ‘El diario down’ de Francisco Rodríguez Criado.
El mundo editorial es complicado y sufrido, ¿por qué decides dar el paso de crear una editorial independiente?
Desde hace unos cuantos años, desde que soy escritor que he publicado un par de libros, y durante mucho tiempo me he dado cuenta de que faltaba algo en la escena editorial independiente española. Por ejemplo, cuando nos fijamos en Libros del Asteroide, editorial independiente que hace un trabajo genial, tienen una edición súper lujosa, muy cuidada, pero que se encuentra en el segmento de 20-25€. Eso está muy bien para un determinado tipo de cliente, que es un poco como el coleccionista de vinilos, pero que, realmente, para dar a conocer a escritores emergentes no funciona porque pagar 20€ por un escritor desconocido es muy difícil.
Es difícil como editorial y como autor que tengas visibilidad. Lo que Tolstoievski viene a llenar es ese hueco que hay para libros de bolsillo, con una edición sencilla, barata, cuidada pero con los elementos mínimos para que tenga un rango de precio mucho más accesible para la gente. Lo que queremos es visibilizar a muchos autores contemporáneos españoles que, en principio, no están teniendo hueco precisamente porque las editoriales independientes están apostando por un producto más “lujoso” y al que resulta mucho más difícil acceder.
Por cierto, esa etiqueta de “independiente”, ¿independiente de qué?
Independiente de los grandes grupos editoriales. Al final los que montamos una editorial lo hacemos muchas veces por amor al arte y no tenemos detrás a Planeta ni a inversores ni nada. Ponemos los ahorros de nuestra vida ahí, cruzamos los dedos y saltamos al vacío. Nosotros hemos empezado en enero y vamos a ver si conseguimos aguantar los próximos años. De momento tenemos el primer libro en el mercado y ya estamos preparando los siguientes.
El nombre es un homenaje a Tolstoi y a Dostoievski, ¿por qué esos dos autores?
Porque creo que simbolizan en cierta manera un estándar de calidad que hemos perdido en la literatura contemporánea. En nuestra página web tenemos un lema que dice “No necesitamos más libros, necesitamos literatura”. Y eso en cierta manera es bastante acertado para describir el mercado editorial contemporáneo español. Se apuesta mucho por el producto, por un objeto, pero no tanto por la calidad del texto, que era lo que sí ocurría en el siglo XIX y principios del siglo XX. No importaba nada la calidad en que estuviera editado, lo que importaba era el contenido del libro, la calidad literaria. Por eso hemos querido hacer un guiño a ese tiempo pasado.
¿Qué tipo de autores o libros tienen cabida en Tolstoievski?
El criterio para escogerlos es única y exclusivamente la calidad del texto. No nos cerramos absolutamente a nada, de momento digamos que tenemos una etiqueta que es “narrativa contemporánea” pero ahí realmente cabe todo. Ahora estamos recibiendo manuscritos que van desde novelas sobre un apocalipsis zombie hasta manuscritos de anotaciones que parecen el ‘Libro del desasosiego’ de Pessoa. Realmente es un rango muy amplio y al final es una cuestión de instinto, si ves que el libro tiene calidad, cuenta algo y tiene una mirada… Sobre todo eso es lo que buscamos, un autor o autora que tenga una mirada determinada sobre el mundo.
Da igual en qué la enfoques: puedes hacerlo sobre un apocalipsis zombie, sobre una novela policíaca o en una novela de subjetividad pura y dura, casi un diario. Al final lo único que importa es que tengas una forma de contar las cosas que resulte interesante, desde mi subjetivo punto de vista, claro. Ese es nuestro único criterio y en principio buscamos autores emergentes o desconocidos, cercanos a lo que está en el día a día en la narrativa española. Es curioso que en los últimos diez años cada vez haya más editoriales que se dediquen a las traducciones. Sin ir más lejos, antes citábamos a Libros del Asteroide que de un catálogo de más de cien libros publicados, a lo mejor tiene cinco autores españoles. Está muy bien, pero creo que en cierta manera estamos descuidando un poco nuestra labor de divulgar nuevas voces españolas al mundo (sin ninguna clase de nacionalismo), pero creo que es nuestra obligación y es algo que desde Tolstoievski también queremos rescatar.
Acabáis de publicar vuestro primer libro, el diario de un padre cuyo primer hijo nace con síndrome de down, ¿por qué decides escoger ‘El diario down’ para empezar? ¿Cómo llegas hasta él?
Es una historia que tiene su gracia. Es un autor que conozco de hace tiempo, a través de conocidos, y siempre hemos tenido dos formas diferentes de entender la literatura. Francisco Rodríguez Criado ha sido un autor muy de la vieja escuela en el sentido de que él cuando escribe un libro de relatos, una novela o también obras de teatro, es un tipo de autor clásico que no deja traducir a la obra su mundo interior o su vida personal. Ha sabido guardar una distancia de seguridad entre lo que escribe y lo que él es como persona. En el caso de ‘El diario down’, cuando él recibe la noticia tras el parto de que su hijo tiene síndrome de down, cuenta que el primer instinto es negarlo. Y él mismo dice que durante cuatro días estuvo llorando y a partir del quinto empezó a escribir.
En esta ocasión utiliza la escritura como una forma de aceptar lo que le ha ocurrido y es la primera vez que él como autor hace algo así. Es un salto al vacío. Y creo que es en ese salto al vacío cuando él desarrolla su mirada como autor porque hasta entonces ha estado haciendo relatos pero no había entrado en una verdadera dimensión de trascendencia de lo que le ha ocurrido. Y eso es lo que convierte al libro en algo muy interesante, en mi opinión, porque en el mundo de las discapacidades, del síndrome de down en este caso, sí que hay mucho relato escrito pero la óptica es totalmente diferente. Por ejemplo, un abogado que tiene un hijo con síndrome de down y escribe un libro sobre su experiencia, está bien y es necesario pero la óptica no es la misma que la de un escritor que da un paso adelante y abre un nuevo mundo narrativo a través de ese diario. Ahí reside una calidad literaria que a mí me fascina mucho.
¿Qué tal está yendo el recibimiento?
Bastante bien. Considerando que somos una editorial recién nacida, que todavía estamos sin distribuidor y que por ello utilizamos un modelo distinto que es ir tratando con librerías específicas en determinadas ciudades de España pues está yendo bastante bien. Está teniendo repercusión en medios, el otro día el autor estuvo en Radio3 hablando de su experiencia, salimos en Verne, la sección digital de El País… Poco a poco va tirando hacia delante. Y quien lo ha leído está muy sorprendido por el enfoque y la calidad literaria. El boca a boca está funcionando bien, evidentemente en una escala muy pequeña porque es una tirada de 1500 ejemplares.
Uno de los principios básicos de la editorial es la transparencia y un trato justo para los autores, ¿es porque tú como autor has sentido esas carencias en otras editoriales?
Sí, yo he publicado dos libros, uno lo publiqué después de un premio que recibí en Bubok en 2012. Bubok funciona de una forma diferente pero cuando publiqué mi segundo libro en una editorial clásica sí que me di cuenta de que no hay ninguna clase de transparencia con el autor. Por ejemplo, recibes los derechos de autor cada seis meses, pero tú durante ese tiempo no estás informado de qué hace la editorial con tu libro, por dónde lo está moviendo, a qué periodistas se lo envía… No sabes nada, estás a ciegas. Y creo que no es el modelo correcto para tratar a un autor.
Sobre todo considerando que lo normal en el mundo de la edición es ofrecer el 8 o como mucho el 10% del precio de venta del libro sin IVA. Eso es un insulto al trabajo del autor y al esfuerzo que ha hecho, muchas veces robándole tiempo al descanso, a su familia o a sus aficiones. Por eso, cuando fundamos la editorial, queríamos que el autor que estuviera con nosotros tuviera una total visibilidad sobre lo que hacemos: le enviamos un reporte trimestral de todos los datos contabilizados y eso se lo pasamos cada tres meses junto a los derechos de autor. Y, además de esa transparencia, también creemos que tiene que haber unos derechos de autor más justos. Nuestro punto de partida inicial es dar un 15% con el compromiso de que si la editorial es viable en sus tres primeros años, aumentaremos al 20%. Al fin y al cabo el autor tiene derecho a intentar vivir de lo que escribe.
En este sentido, para poder aumentar los derechos de autor tienes que recortar el coste de la cubierta, ¿no te preocupa que una estética más sobria pueda no atraer a cierto tipo de lectores?
Sí y no. Si uno mira con un poco de perspectiva cuales son las portadas que te encuentras en el mercado editorial, creo que ahora estamos en una época de saturación gráfica. Parece que realmente las portadas cuenten más que el interior. También es una decisión “ideológica” el tener una portada sencilla. Creemos que es importante transmitir desde fuera que lo importante es el contenido, con sencillez, con una simpleza gráfica, casi, que nos ayude a decir lo que queremos decir.
Si para nosotros lo más importante es el texto, eso también tiene que reflejarse desde la portada. Evidentemente es algo diferente a lo que se está haciendo hoy en día, que se abusa de un grafismo mucho más llamativo. Pero como comentaba antes, el hecho de que los libros se estén convirtiendo cada vez más en un producto de venta y no en una obra cultural provoca que las leyes del diseño prevalezcan sobre las del arte. El arte siempre ha sido algo que plantea una pregunta mientras que el diseño plantea una solución. La influencia del diseño extremo en las portadas creo que está afectando un poco y en eso nosotros hemos querido dar un paso atrás para mostrar que lo bueno está dentro.
Respecto a lo que comentabas antes del tema de la distribución del libro, ¿como editorial independiente es muy complicado abrirse paso en las librerías?
En librerías no. Es decir, cuando fundas una editorial, tienes que empezar a buscar distribuidora porque es, en teoría, lo más sencillo. Sabes que se te come gran parte del beneficio del libro pero es el mal necesario, por decirlo de alguna manera. Pero nosotros decidimos empezar directamente a tratar con librerías, como Pynchon que se nota que es una librería que tiene amor a la literatura, que es gente que ama lo que hace. Y así es mucho más fácil entenderse, de hecho hasta ahora la respuesta de las librerías ha sido siempre muy positiva. Trabajamos con librerías específicas: Pynchon en Alicante, Alibri en Barcelona, La Sombra en Madrid, en Segovia estaremos en Intempestivos… Y en este sentido estamos muy contentos porque hemos visto que una distribuidora está bien, te quita problemas, pero siendo pequeños tampoco nos importa a nosotros hacer los envíos a las librerías. Lo cual nos permite también darles más margen.
Ofreces la versión del libro en formato físico y digital, ¿esto será siempre así?
Sí, porque creo que el libro electrónico es algo que tenemos que ver como una herramienta de popularización. Lo que no podemos pretender es lo que hacen las editoriales grandes: si el libro cuesta 15€, el ebook costará 9€. Es absurdo, estás fomentando la piratería. Realmente si pones la versión digital a un precio accesible la gente lo adquiere. También creo que cumplen funcionalidades distintas. Al final quien lee, es porque le gusta leer, sea cual sea el formato.
Normalmente le gustará más leer en papel, pero tiene que verse la diferencia entre ambos formatos porque son funciones diferentes. Yo adoro tener libros en papel pero es genial poder irme de viaje con mi Kindle y tener 50 libros ahí dentro. Por tanto, si las funciones son distintas, el precio también tiene que ser distinto. No podemos intentar saquear al lector por miedo a la piratería. Nuestro libro cuesta 8,99€, hemos puesto el ebook a 1,99€ y creemos que es un precio decente, aunque nos gustaría que fuera un poco más barato pero por culpa de la Comisión Europea no podemos aplicarle un IVA reducido a los libros electrónicos.
Según las estadísticas, en España se publica mucho y se lee poco.
Es un problema muy divertido. Realmente nos ha ocurrido porque como editoriales no hemos tenido un criterio de edición literaria. En España se publica demasiado porque no consideramos los libros un vehículo de cultura ni una forma de entender el mundo. Lo entendemos como un producto. Por ello hay libros de todos los tipos y cualquier cara famosa que sale por televisión ahora tiene espacio para que le publiquen un atajo de cuentos o cualquier cosa. En el momento en que le perdemos el respeto al libro es cuando ocurre esto. Hace 30 años publicar un libro era casi el hito de una vida. Y hoy en día, realmente cualquiera puede publicar un libro con las herramientas de autopublicación que hay. Pero por otro lado, hay muchos libros que se han publicado que no aportan absolutamente nada… y eso ha ocurrido porque hemos tratado al libro como un producto de venta, como un objeto.
¿Qué opinas de la proliferación de editoriales independientes? ¿A qué crees que se debe?
Actualmente montar una editorial y publicar un libro no es tan exageradamente caro como antes. Ahora que las imprentas han mejorado su catálogo con la impresión digital, a pesar de que el offset de toda la vida sigue siendo la mejor forma de imprimir, que hay nuevas herramientas, que los costes de impresión son menores y que hay más competencia… Publicar un libro ya no es tan caro. Lo caro, a lo mejor, es intentar vivir de ello. Pero no es una locura como lo era hace 20 años, que tenías que juntar cien mil euros para poder empezar. Hoy en día puedes ir poco a poco tratando de encontrar tu hueco. Por otro lado creo que la proliferación de editoriales independientes se debe a que las grandes no han hecho su trabajo bien en los últimos años. Si editoriales con el recorrido de Anagrama o Planeta, que fue un referente cultural durante mucho tiempo, se hubieran preocupado de primar la calidad sobre la venta probablemente no hubiera habido esa necesidad de transmitir al público nuevas voces.
Y, para finalizar, ¿qué puedes contar de los próximos proyectos?
Ahora estamos recibiendo un montón de manuscritos desde que nos dimos a conocer a mediados de febrero. He encontrado un par de autores españoles, contemporáneos, apenas publicados, uno de ellos si que había publicado antes, otro no. Y creo que pueden ser voces que sean una referencia de aquí a los próximos diez años. Estamos muy emocionados de poder ver y recibir cosas y creo que dos libros más antes de final de año habrá en Tolstoievski casi seguro, si todo va bien.