Casi noventa años hace que La Barraca, con Lorca al frente, pasó por tierras del Levante español. Lo hizo con ‘La vida es sueño’, de Calderón, en adaptación del poeta granadino (le acompañó nuestro maestro Pepe Estruch, por entonces un jovenzuelo). En aquel tiempo no existía ‘Comedia sin título’. Será unos años después, al poco de comenzar la guerra, cuando conozcamos de su existencia. Desde entonces, como un diamante sin pulir, ha permanecido en hibernación, que no letargo, siendo rescatada hacia el escenario cada cierto tiempo. Desde su creación se ha conjeturado sobre ella, buscándole un lugar dentro de la creación literaria de Lorca y un lugar en el espectro cultural nacional.
Está emparentada con aquellas que se han llamado comedias imposibles o comedias de difícil ejecución, como son ‘El público’ y ‘Así que pasen cinco años’. Todas ellas tienen un punto de surrealismo y de ruptura con los cánones tradicionales de composición teatral; concretamente en ‘Comedia sin título’ se hace complicado establecer un conflicto claro, un argumento lógico, unos personajes que justifiquen su presencia… o que se muestran en escena porque tienen un objetivo que cumplir… A lo largo de las treinta páginas las acciones se suceden en un registro que se aleja de la realidad, recurriendo muchas veces a lo que llamamos lo onírico, o el ensueño. Es una obra que se debe ver, si se puede; forma parte de nuestro imaginario colectivo y también de nuestra idiosincrasia cultural, algo que debemos preservar y conservar.
Pero, ‘Comedia sin título’ es algo más complejo de entender, pues en primer lugar debemos tener en cuenta que es una obra inacabada, y escrita, según dicen, en un único primer acto, solamente. Faltarían, pues dos actos más para tener completa la propuesta (sería en este aspecto como otras obras no terminadas, como por ejemplo ‘El Castillo’, de Kafka, o el ‘Requiem’ de Mozart: hay lo que hay construido, lo demás queda por hacer). Aun así, ‘Comedia sin título’ es una obra teatral completa sobre la escena, y así se ha mostrado en varias ocasiones: en 2006, 2017, 2019… Escrita en 1936, fue un antídoto al teatro de evasión que seguía funcionando en la España de entonces. Buscaba Lorca un teatro realista, más comprometido con su tiempo, y alumbrando hacia un futuro necesario…
En la obra se habla de la revolución y el autor –uno de sus personajes- apuesta por abrir las puertas, por decir las verdades, por integrar la realidad exterior en el interior del paréntesis temporal que viene a ser el teatro de evasión de antaño (o actual). En ella percibo cierta reminiscencia, o quizás mejor decir cierto acercamiento a autores como Valle Inclán (en uno de los personajes de ‘Luces de bohemia’, don Latino); también hacia Azorín y su repetida realidad, y hasta me parece que se acerca a Beckett, con un algo de ‘Esperando a Godot’…
‘Comedia sin título’ es una de esas piezas de teatro que sólo y únicamente se resuelven cuando uno se implica con ella y su puesta en escena. Sobre el texto sólo están las palabras. Sobre el escenario el caudal de ese riachuelo se convierte en río grande y muchas veces en torrente. Intuimos que algo así debe ser la propuesta realizada en el Centro Dramático Nacional (CDN).
‘Comedia sin título’ es una obra inacabada, o quizás sea un fragmento de algo que, aventuro, se nos escapa; algo que a Lorca le motivó para llegar a algún otro lugar. Es fragmento. Aun así, es totalidad: situación estable en un teatro donde el autor pretende hacer y mostrar un tipo de teatro distinto al que se está realizando hasta ese momento; hay diálogo con espectadores, con traspuntes, con actrices que interpretan personajes de Shakespeare y otros personajes… Mientras tanto, la aparente calma que se vive en el teatro es interrumpida por los sonidos de disparos y bombas de afuera, en la calle, donde la llamada revolución ha estallado…
Con ‘Comedia sin título’ hay que entender a un Lorca situado sobre el escenario, inmerso en los códigos de la puesta en escena y desde los recursos del creador que se aventura en ella… Es un texto que a mí personalmente, me parece que está construido con lagunas intermedias, con lapsos de acción y ciertas esquinas sin lógica; que contiene pequeñas semillas que germinan cuando, atrevidamente, alguien se pone en escena a tratarla.
Les invito, con emoción, a que no dejen de verla.
Sin lugar a duda es un clásico: contiene en su estructura profunda caudales que cada cierto tiempo es preciso destapar o descorchar. ‘Comedia sin título’ es teatro de creación.
¡Salud y Teatro!!
Paco Alberola