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a XXII Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos se acerca a su recta final con una serie de obras marcadas por un profundo compromiso hacia temas que afectan directamente a la sociedad, que trascienden el puro entretenimiento. En esta línea se encuadran las obras representadas ayer, jueves 13 de noviembre, ’Triple salto’, en Las Cigarreras, y ‘Dionisio Ridruejo. Una pasión española’, en el Teatro Principal.
Miguel Olmeda, director de ‘Triple salto’, obra de la compañía Pikor Teatro, que este año celebra su 25 aniversario, explicó en rueda de prensa que este espectáculo se dirige a un público adolescente y juvenil. Una línea de teatro bastante inusual, surgida a raíz de un encargo, que les llevó a abordar temas conflictivos como los consumos de riesgo, el acoso escolar, la violencia de género, la adicción a las nuevas tecnologías, el sexo, el Sida…
Y cuando parecía que ya no había más asuntos de interés, un suceso real, la muerte de unas adolescentes arrolladas por un tren en un pequeño pueblo del norte de España, les condujo a tratar la pérdida y el duelo, un tema que en la actualidad los adultos tienden a ocultar a sus hijos para evitarles cualquier tipo de sufrimiento y que, en realidad, les priva de las habilidades necesarias para afrontar estas situaciones. Tras plantear el tema a las áreas de innovación educativa del Gobierno Vasco, los especialistas consideraron que era una línea importante y necesaria.
»Triple salto’ está escrita por la joven autora María Velasco, que utiliza un lenguaje ácido y directo, despojado de paternalismos y dotado de ritmo escénico, subrayó Olmeda. El director de la obra reconoce que uno de sus objetivos es «hacer tragar saliva» a los jóvenes, aunque estos son «mucho más duros» a la hora de emocionarse que los adultos. «El teatro es un recurso fantástico para abrir el debate en las aulas» y hacen falta producciones dirigidas a este público, que serán los futuros espectadores, añadió.
Ridruejo «forma parte de un elenco de intelectuales que se dieron cuenta de que estaban equivocados y que la salvación de España estaba en la democracia», afirma Amestoy
Por su parte, Ignacio Amestoy, autor de ‘Dionisio Ridruejo. Una pasión española’, una coproducción del Centro Dramático Nacional y Pérez De La Fuente Producciones, explicó que se trata de «una obra compleja sobre un personaje complejo», que fue el primer político de la Transición. Amestoy recordó que Ridruejo estuvo al mando de la propaganda en el arranque de la Guerra Civil española y, aunque no llegó a entrar en combate, al acabar la contienda formó parte de la División Azul, en Rusia, donde tuvo lugar «su conversión hacia un nuevo territorio que desembocaría en la democracia».
Al hilo de esta evolución, se enfrentó a Franco, que era como su padre, a quien llegó a decirle: «Excelencia, nos hemos equivocado». A Dionisio le tocó el exilio y su muerte a finales de junio de 1975, antes del fallecimiento de Franco, le impidió vivir la democracia. A juicio de Amestoy, «de haber tenido una salud más vigorosa, podría haber ocupado el papel de Adolfo Suarez». «Murió siendo un abanderado de la democracia», destacó.
El autor agradeció a quienes han apostado por sacar adelante la obra su valentía, al tratarse de un personaje «vidrioso», considerado «un traidor para la derecha y un advenedizo para la izquierda». Según Amestoy, Ridruejo «forma parte de un elenco de intelectuales que se dieron cuenta de que estaban equivocados y que la salvación de España estaba en la democracia». Para el dramaturgo, la importancia de rescatar a personajes íntegros como éste reside en que «el teatro puede ser un espejo para que veamos nuestros defectos y, en el actual contexto de corrupción, para que busquemos nuestra solución, que está en el entendimiento, en el diálogo, en una verdadera democracia» en la que impere «la libertad».
Ernesto Arias, actor que interpreta a un coronel que en momentos de locura se convierte en Dionisio Ridruejo, afirmó que con la obra espera que «el espectador reconozca diferentes momentos de la historia de España que no nos gustan, la verdad sin maquillajes». «Se ofrecen una serie de acontecimientos para que el espectador se sitúe en su contemporaneidad», añadió. Sobre Ridruejo, el actor reconoció que «siempre me atrae este tipo de personajes que, por seguir su conciencia, sufre las consecuencias». Arias señaló la importancia de textos como éste, que nos hacen mirar al pasado para sacar conclusiones que nos hagan comprender el presente. En este sentido, Amestoy apostilló: «Es una cuestión de verdades, de seguir la propia conciencia y reconocer las equivocaciones».
Más información, en la web de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos