El cine australiano (casi siempre recomendable, al menos el poco que llega a nuestras pantallas desde los años 70 del siglo pasado) siempre se ha caracterizado por crear atmósferas inquietantes, densas y, a veces incluso, irrespirables. Ya bien sea por las características de su geografía, flora y fauna, por su herencia cultural repleta de mitos fantasmagóricos y telúricos o, incluso, por la (justificada) mala conciencia de los descendientes de los colonizadores blancos por las atrocidades de todo tipo cometidas contra los aborígenes, dicha capacidad ambiental fue y sigue siendo un signo de identidad de la cinematografía de Oceanía.
Despertar en el infierno, Walkabout, Picnic en Hanging Rock, La última ola, Los coches que devoraron París (estas tres últimas dirigidas por el gran Peter Weir) son ejemplos clásicos de esta capacidad para la atmósfera, junto a la obra de otros australianos llamados por Hollywood como Bruce Beresford -incluyendo la magnífica Puberty Blues, la ahora rescatada por Greta Gerwig como una de sus influencias para el exitazo de Barbie-, Richard Franklin (imprescindible su Carretera Mortal) o Roger Donaldson.
Los hermanos Philippou, mellizos, han dado un salto muy propio de nuestros tiempos. Si antes los directores de cine debutantes procedían del mundo de la televisión o de escalones inferiores de la industria, es lógico que ahora provengan del universo de las redes sociales. En su caso, hay una cinefilia detrás… y se nota, ya que en su famoso canal de Youtube realizaban live actions de terror y comedia, parodiando, entre otras a Harry Potter, Marvel o Star Wars.

Esta pareja de directores ha despuntado con una opera prima muy potente que engancha al espectador desde el primer momento (aunque el film flojea mediada la proyección por indefiniciones de guion -lógicas en unos debutantes-) y remonta en un tercio final angustioso que entronca con grandes obras del terror en la que el espectador tiene que discernir, si eso es posible, entre la “realidad” y la “pesadilla” en la mente de la protagonista, muy estilo del clásico La semilla del diablo o la reciente Hereditary, por citar sólo dos ejemplos.
Los Phillippou demuestran que saben y conocen de qué están hablando a la hora de recrear la dinámica de las vidas y mentes adolescentes de hoy en día y consiguen secuencias con verdadero valor de memorabilia: algunas potentemente terroríficas y otras evocativas e inquietantes como la improvisada reunión del grupo en un autobús que recuerda al mejor cine de género de los 80.
Defectos de ritmo y narrativa los hay y no pocos. Además de lógicos, no perjudican un resultado final notable dentro del género.
Esta película se estrenó en cines a nivel nacional el 11 de agosto de 2023.
Título original: Talk to me. Australia, 2023.- 95 minutos.- Dirección: Danny Philippou y Michael Philippou.- Intérpretes: Sophie Wilde, Alexandra Jensen, Miranda Otto, Joe Bird, Otis Dhanji, Zoe Terakes, Chris Alosio, Marcus Johnson, Alexandria Steffensen, Ari McCarthy, Cass Cumerford, Jett Gazley.- TERROR.
La solitaria adolescente Mia se engancha a la emoción de invocar espíritus utilizando una mano embalsamada, pero cuando se enfrenta a un alma que dice ser su madre muerta, desata una plaga de fuerzas sobrenaturales y se debate entre decidir en quién puede confiar: en los vivos o en los muertos. (Fuente: FILMAFFINITY)