No hemos alcanzado todavía el  ecuador del año, cuando ya han sido asesinadas 32 mujeres a manos de sus compañeros sentimentales. Cada cinco días muere una de nosotras por el maldito terrorismo machista. Y, lo que es peor, puede que cuando usted lea esto, esta cifra haya aumentado.

Nos están matando. Y no solo a nosotras, pues están cortando las alas a toda la sociedad. Cuando una mujer es asesinada; cuando alguien afirma que el feminismo no es necesario; cuando no te dejan jugar al fútbol porque eres una niña; cuando tienes miedo de ir sola por la calle; cuando te bajas del cercanías porque tu compañero de vagón ha decidido que tiene la potestad de opinar sobre tu cuerpo y hacértelo saber… cada vez que esto ocurre, damos un pasito hacia atrás.

Sororidad en Orihuela en ESTILO DE VIDA

Pero creo que hay algo aún peor: el silencio en torno al problema y la ignorancia acerca de lo que persigue el feminismo por parte del resto de la sociedad. La “amiga” que te aconseja que no dejes a ese chico, porque “no es tan grave que te controle, eso es porque se preocupa por ti”; el que afirma que “lo contrario del feminismo es el machismo” (¿en serio?); la famosilla de turno, cuyas opiniones son valoradas por miles de niñas y adolescentes, que piensa que “no hay que ser ni feminista ni machista, sino persona”; el resto de niños que callan cuando uno de la pandilla no deja jugar a una chica porque “todo el mundo sabe que las niñas juegan a las cocinitas o a ser mamás, que el fútbol no es para ellas”; el resto del vagón que permanece en silencio mientras te ven llorar porque un tío se ha empeñado en que debes darle tu número porque le parece que “estás muy buena”.

Martin Luther King decía: “No me preocupa el grito de los violentos, de los deshonestos, de los sin ética; lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Por ello, cada vez que salimos a la calle a decirle al mundo que no vamos a tolerar que nos sigan asesinando, estamos poniendo nuestro granito de arena. Así, el pasado 19 de junio, la asociación feminista Clara Campoamor lideró una concentración frente al Ayuntamiento de Orihuela en la cual se presentó un manifiesto para reivindicar que no vamos a permanecer en silencio, que queremos que el presupuesto destinado a combatir la violencia machista aumente (actualmente solo representa un 0,01% del gasto total, es decir, unos 28 millones de euros), que no queremos ser ni una menos.

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Estudié bachillerato en la especialidad de Humanidades en el IES Gabriel Miró (Orihuela). Actualmente, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Desde muy joven he sentido la necesidad de plasmar en papel todos mis pensamientos. Por ello, he participado en diversos concursos literarios. En 2013, publicaron uno de mis relatos, "Nunca es tarde", en un libro que recopilaba varios escritos de jóvenes alicantinos, llamado "Los mejores relatos breves juveniles de la provincia de Alicante".

2 COMENTARIOS

  1. ¡Qué razón tienes! Para mi, el mayor problema es la desinformación que lleva a nuestra sociedad a la ignorancia, sigue así Ana 🙂

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