Estamos, por encima de todo, ante un ejercicio de nostalgia nada disimulado que homenajea a uno de las estrellas de los últimos 50 años: Robert Redford. Para los que lo amamos, Redford es como un amigo al que nunca hemos conocido pero cuyos personajes carismáticos nos han acompañado desde siempre.
‘The old man and the gun’ es, claramente, un film pequeño y modesto que no oculta su condición en ningún momento. Ahí radica su principal virtud y, a la vez, sus propias limitaciones. Da la sensación de que tiene poco que contar y tampoco el director, afortunadamente, se da demasiada importancia a sí mismo, limitándose a contar de manera competente una historia crepuscular que aúna una delincuencia “elegante”, un amor en la tercera edad y el sentimiento de cierta frustración de un policía ante su profesión.
El look del film con una fotografía muy granulada remite al tipo de cine que Redford protagonizaba en los años 60 y 70, algunas de cuyas películas son homenajeadas directa o indirectamente. Las interpretaciones son notables y Redford pocas veces ha estado tan contenido como en éste, parece ser, su último trabajo delante de la cámara. Spacek, como siempre, está excelente.
Redford no se jubila con un gran film pero tampoco con un producto impropio de su categoría. Parte del éxito (además, parece que está funcionando muy bien en taquilla) artístico se debe a un director como Lowery que alterna productos insólitos como ‘A ghost story’ con cintas más convencionales como ‘The Old man and the gun’.
Estados Unidos.- 2018.- 93 minutos.- Director: David Lowery.- Intérpretes: Robert Redford, Sissy Spacek, Casey Affleck, Danny Glover, Tika Sumpter, Elisabeth Moss, Tom Waits, Isiah Whitlock Jr., Robert Longstreet, Keith Carradine, Jordan Trovillion, John David Washington, Augustine Frizzell, Barlow Jacobs, Gene Jones, Leah Roberts, Kevin McClatchy, Patrick Newall, Todd Terry, James Siderits, Christine Dye, Toby Halbrooks.-TRAGICOMEDIA.- Narra una historia real, la de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años.