Seguir con interés, los primeros 20 minutos de Norman es todo un reto para el espectador medio. Si hacemos caso a Hitchcock cuando decía que un buen film sólo puede y debe empezar como un terremoto e ir hacia arriba, entonces este película es muy mala. Algo que tampoco es cierto.
La nueva película de Gere, magistralmente interpretada por esta estrella que ha conseguido el respeto profesional y social a base de mantener una trayectoria coherente e ir puliendo poco a poco sus enormes limitaciones actorales iniciales, es una interesante descripción del universo de los “conseguidores” esos personajes que ya existían en las grandes cortes europeas de la edad moderna. Su función es conseguir favores cruzados a personalidades que no quieren o no pueden pedirlos directamente.
El film funciona mejor como documental didáctico que como historia dramática ya que la emoción y la empatía solo llega en la parte central donde se reflexiona con perspicacia sobre los peajes, las humillaciones sufridas y la fragilidad económica y social que este personaje esconde bajo su apariencia opulenta.
Sus interesantes apuntes sobre la comunidad judía internacional no hacen olvidar que el film es demasiado ambiguo y no se define en demasiados aspectos: ni en lo que quiere ser ni en lo que quiere trasmitir.
FICHA ARTÍSTICA Y SINOPSIS
Estados Unidos, 2016.- 117 minutos.- Director: Joseph Cedar.- Intérpretes: Richard Gere, Lior Ashkenazi, Michael Sheen, Charlotte Gainsbourg, Dan Stevens, Steve Buscemi, Jonathan Avigdori, Yehuda Almagor.- DRAMA.- Un hombre de negocios de poca monta llamado Norman Oppenheimer se hace amigo de un joven político en un momento bajo y solitario de su vida. Tres años más tarde, cuando ese político se convierte en un líder mundial influyente, la vida de Norman cambia dramáticamente. Para bien. Y para mal.
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